Egipto gritó ayer alto y claro “adiós, adiós Mubarak”. Centenares de miles o más de un millón de ciudadanos, el cálculo es imposible, salieron a la calle para celebrar una recién conquistada libertad, evidente pese a la permanencia del dictador, y para reclamar que el presidente abandonara el país de forma inmediata.
Un grupo de partidarios del presidente egipcio, Hosni Mubarak, montados en camellos y caballos y armados con látigos y palos han cargado este miércoles contra quienes se manifiestan en la plaza Tahrir de El Cairo y, según la agencia Reuters, los militares allí desplegados han ignorado la petición de los manifestantes de que intervinieran.
Muchos de quienes estaban concentrados en la plaza para reclamar la dimisión de Mubarak, que lleva 30 años en el poder, se han marchado, huyendo de los simpatizantes del presidente.
Según Reuters, algunas personas que iban a pie también llevaban palos y había decenas de personas con heridas en la cabeza. Ambos bandos se han enfrentado a la carrera y algunas personas portaban escudos de cartón improvisados.
La multitud en la plaza cairota de Tahrir (plaza de la Liberación), reaccionó al discurso con gritos furiosos de “fuera, fuera” y con un lema claro “si él no se va, nosotros tampoco”. Los presentes ya han anunciado nuevas marchas para el viernes y que no se van a mover de allí hasta que el protagonista de sus protestas abandone el poder.