Sentado en su oficina de Santa Mónica a finales de la semana pasada, J.J. Abrams era la viva imagen de un cineasta atormentado. Durante meses, había guardado en secreto todos los detalles acerca de su próxima película, pero ahora, en contra de todos sus instintos, el guionista y director sabía que era el momento de revelar los secretos de Súper 8, o al menos algunos de ellos.
“Es la primera vez que hablo de la película con alguien que no esté trabajando en ella”, dice Abrams, nervioso, a propósito del estreno de la misma el 10 de junio, el tercer largometraje que dirige tras los grandes éxitos de “Star Trek” y “Misión: Imposible III”. Abrams, coautor de la serie de televisión de ABC “Perdidos”, preferiría guardar silencio hasta la noche del estreno, pero él y el productor Steven Spielberg han visto la apretada agenda de estrenos de este verano y están demasiado comprometidos con “Súper 8” como para dejar que se pierda entre la multitud.
Ninguna otra película para este verano ha sido mantenida tan en secreto como “Súper 8” (lo único que se sabe de ella proviene de un teaser trailer del año pasado donde se veía el descarrilamiento de una locomotora y a una especie de bestia poderosa escapándose de un vagón militar), y Abrams lo prefiere así. “Monstruoso”, la película de monstruos con un nivel de secretismo parecido, fue producida por Abrams, junto con su socio Bryan Burk.
En cuanto a la trama, propiamente dicha, la historia está ambientada en Ohio en el año 1979. Allí un grupo de seis jóvenes ruedan su propia película de zombies usando una cámara de Súper 8. Una noche, mientras filman su cinta en un lugar solitario al pie de las vías del tren, sucede la tragedia: un camión choca con una locomotora que descarrila y llena la noche de chirridos metálicos y chorros de fuego. Entonces, algo surge de entre la chatarra, algo inhumano.
Una cinta que comenzó como dos proyectos distintos, de un lado la historia no fantástica acerca de un grupo de jóvenes y de la forma en la que ven el mundo y se ven unos a otros a través del visor de su cámara de Súper 8. Del otro, Paramount había comprado otra idea aparte de Abrams para una película de terror acerca de la investigación en 1971 del Área 51.
De un lado tenía los buenos personajes, el grupo de jóvenes, y del otro una apasionante y misteriosa historia, la del Área 51. “staba en posesión de dos mitades, y después de seis meses o así se me ocurrió juntarlas”, revela Abrams que también reconoce que con este proyectoel reto “es muy grande”.
“Sí, contamos con el nombre de Steven y mi nombre (si es que el mío vale algo), pero no tenemos a ningún superhéroe famoso, no tenemos ninguna saga o precuela preexistente, ni la protagoniza nadie de quien se haya oído hablar. No hay libro, ni juguete, ni cómic. No hay nada. No tengo nada, ni siquiera tengo un juego de mesa, así está la cosa de mal. Pero creo que tenemos una película muy buena”, sentencia