Egipto vive un día crucial: la “marcha del millón de personas” convocada para este martes en El Cairo podría decidir el futuro del gobierno del presidente Hosni Mubarak, algo que podría tener repercusiones en todo el Medio Oriente.
La desintegración de la estructura de poder de Mubarak marcará el comienzo de una nueva era en la historia moderna de Egipto y reconfigurará el mapa geopolítico de Oriente Medio, con enormes ramificaciones para Washington y aliados que van desde Israel hasta el gigante petrolero Arabia Saudita.
El Ejército, una fuerza poderosa y respetada en Egipto, asestó un golpe posiblemente fatal a Mubarak, de 82 años, el lunes por la noche cuando dijo que los soldados no abrirán fuego contra los manifestantes y que tenían reclamos legítimos y el derecho a protestar pacíficamente.
El nuevo vicepresidente de Mubarak, Omar Suleiman, nombrado para mostrar que el Gobierno estaba dispuesto a realizar reformas, ofreció abrir un diálogo con la oposición.
Pero la medida, junto con la renovación de su gabinete y la promesa de reforma, pareció ser escasa y llegar muy tarde.