El premier italiano se escudaba en una ley que acaba de invalidar el Tribunal Constitucional. Ahora deberá presentarse a declarar en un proceso abierto por la fiscalía de Milán.
La investigación se abrió contra Berlusconi por haber presuntamente abusado de su función de jefe de Gobierno el 27 y 28 de mayo de 2010 para pedir a la policía de Milán liberar a Ruby, una joven marroquí, en aquel entonces menor de edad, según la agencia de prensa italiana ANSA.
Daniele Capezzone, portavoz del partido de Berlusconi, Pueblo de la libertad (PDL), denunció “una filtración de informaciones y de acusaciones inverosímiles”.
Según el portal del diario Corriere della Sera, primer medio que dio la información, Berlusconi habría querido “esconder el hecho de haber sido cliente de una prostituta menor de edad durante numerosos fines de semana en Arcore”, su residencia cerca de Milán, “asegurar la impunidad por este delito y evitar que sean conocidos los detalles de fiestas organizadas en su residencia”
La investigación deriva de una larga serie de acusaciones de irregularidades sexuales y financieras contra Berlusconi, un empresario multimillonario que ha superado varias crisis para mantenerse en el poder.
Pero se produce en un momento de particular vulnerabilidad. El primer ministro se ha visto debilitado políticamente en los últimos meses y una ley que lo protege de otros dos juicios en Milán fue debilitada significativamente el jueves por un fallo del Tribunal Constitucional italiano.
El octubre, los artículos que revelaron el caso, citaban a ‘call-girls’ describiendo fiestas organizadas en esta residencia privada cerca de Milán en presencia de muchachas jóvenes.
Circunstancia agravante, según testimonios, Berlusconi llamó directamente a la prefectura de policía de Milán para obtener la liberación de Ruby, escándalo llamado ‘Rubygate’, el que durante varios días ocupó las portadas de la prensa italiana.
Silvio Berlusconi ha afirmado vehementemente no haber tenido nunca relaciones sexuales con la joven. Según el Corriere della Sera, la policía registró en Milán las oficinas de allegados a Berlusconi implicados en este caso.