Un arquitecto ruso Alexander Remizov diseñó un edificio para albergar a 10 mil personas, flota y aprovecha las energías renovables. Es de acero, plástico y madera.
«Inspirado» en el calentamiento global y en el consiguiente aumento del nivel del mar, el arquitecto ruso Alexander Remizov ha realizado un proyecto de hotel totalmente sostenible.
Se llama «Ark» y ha sido ideado en colaboración con una empresa de ingeniería alemana y el científico moscovita Lev Britvin. Para su construcción se necesitarán madera, acero y plástico Etileno-TetraFluorEtileno.
La estructura ha sido diseñada con el objetivo de ser completamente autosuficiente gracias a un sistema de generadores de energía eólica y solar.
Este hotel flotante mediría cerca de 14.000 metros cuadrados y estaría pensado para albergar a 10.000 personas. «Podría ser construido en sólo 3 o 4 meses y en cualquier parte del mundo» ha declarado Remizov, quien abrió su primer estudio en 1991.
El arquitecto ruso se preocupo, además, por el medio ambiente. Se estima que el nuevo edificio mantendrá bajo su consumo eléctrico, al igual que los afamados «edificios verdes». Su agujero en el centro permitirá que el viento lo atraviese generando energía eólica, mientras las ventanas serán paneles solares transparentes que capten la energía del sol.
«Dentro del edificio, la forma de domo promueve la acumulación de aire caliente en la parte superior. Este calor se recolectará en acumuladores térmicos que permiten su transformación en otros tipos de energía» describió Remizov.