Viernes, 22 de Noviembre del 2024
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Murray derrota a Ferrer y jugará final de Australia con Djokovic

Publicado el 28/01/11

Melbourne, ene. 28. Andy Murray buscará poner fin a 75 años de frustraciones británicas enfrentándose el domingo al serbio Novak Djokovic con el título del Abierto de tenis de Australia como objetivo.

Murray, número cinco del mundo, derrotó hoy al español David Ferrer por 4-6, 7-6 (7-2), 6-1 y 7-6 (7-2) e intentará lograr lo que ningún británico concreta desde que Fred Perry lo hiciera por última vez en el US Open 1936: ganar un torneo de Grand Slam.

“Es un atleta increíble, un competidor increíble, trabaja tan duro, está en tan buena forma…”, dijo Murray tras su batalla de tres horas y 46 minutos con Ferrer, séptimo del ranking mundial.

Ferrer no defraudó en el inicio. Con su intensidad habitual y la confianza derivada de no haber perdido un partido en lo que va del año, el español dominó, tomó la iniciativa.

Murray, que juega al tenis como un gato taimado, decidió esperar, contragolpear más de lo habitual -si es que fuera posible- y buscar la oportunidad.

Pero Ferrer no se la dio, la aprovechó él al quebrar el servicio del escocés tras largos y desgastantes peloteos. Un revés ancho de Murray le dio al español el 6-4.

No cambió demasiado el partido en el segundo parcial. Ferrer corría como un demonio y buscaba dominar, Murray atajaba todo y esperaba el resquicio para contragolpear.

Ferrer estuvo entonces a un punto, a pocos centímetros, de situarse con ventaja de dos sets a cero. Tenía set point, pero Murray lo salvó con un saque ganador.

Curioso: el británico confesaría luego que no supo en ese momento que estaba con set point en contra.

“En realidad creía que estaba 4-3, no lo supe hasta que el umpire dijo 5-5. Quizás eso me ayudó. Estaba tan enfocado… Quizás me ayudó, pero espero que no pase otra vez”, dijo a su entrevistador, Jim Courier, desatando las risas de los espectadores en una muy fresca noche en el Rod Laver Arena, según reseña DPA.

Consciente o no Murray de lo que se jugaba, allí cambió el encuentro, porque Ferrer sintió el golpe anímico y su juego perdió potencia e intensidad. Así, Murray lo vapuleó en el tie break, que ganó 7-2.

“Él perdió un poco el ritmo y yo comencé a pegarle a la pelota un poco más limpio”, sintetizaría Murray, que parece por momentos un anestesista jugando: confunde y enreda a sus rivales hasta que pierden la energía y la precisión en su juego.

Quizás por eso la depresión de Ferrer siguió en el tercer set, e incluso se acentuó al no poder quebrar el servicio rival en el segundo juego, en el que dispuso de dos break points. En pocos minutos, Murray ganaba 6-1 y se situaba dos sets a uno arriba.

Ferrer, furioso, siguió de largo, impulsado por la inercia, en el punto final de aquel set. Terminó estrellándose contra un cartel publicitario, que pateó con furia.

El incidente lo despertó, porque tras quedar 2-0 abajo volvió a recobrar intensidad y furia. Se recuperó, puso en problemas a Murray y llegó al tie break.

Pero allí volvió a fallar. Sin baterías, superado por la maraña de golpes de Murray, pronto quedó en desventaja. El último punto sintetizó el tenis de ambos: Ferrer corrió una pelota imposible, llegó y la puso del otro lado de la red. Murray, a un metro de la faja, tocó de revés y ganó el punto para llegar a su tercera final de Grand Slam.

¿La tercera será la vencida? Sólo necesita una victoria más para que el honorable Fred Perry descanse por fin en paz.



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