Lindsay Lohan salió en libertad. La controvertida estrella pasó los últimos 3 meses en una clínica de desintoxicación por orden judicial ahora se centrará en relanzar su carrera profesional y mantener una vida personal equilibrada, para lo que cuenta con el apoyo de sus padres.
La joven deberá seguir sometiéndose a controles de consumo de alcohol y drogas hasta el próximo 25 de febrero, en que tendrá lugar un nuevo juicio que evaluará si Lohan cumplió su condena y puede ser liberada de sus compromisos judiciales.
La condena establecía que la joven permaneciera en dicha clínica hasta el este lunes 3 de enero, cuando Lohan abandonó las instalaciones sobre las 11 de la mañana.
Dado el acoso de los paparazzi y la amenaza para su seguridad que podían suponer, la propia actriz dijo que salía de la clínica para “ir al gimnasio” y que no sabía si le darían el alta este martes “o el sábado”, según informa Radar Online.
“Estará aquí hasta que su nueva casa esté lista. La propiedad estará pronto completada con todos sus muebles y enseres personales, quizá sea tan pronto como el miércoles”, afirmaron fuentes de esa misma página web.
Y es que Lohan ha alquilado una lujosa mansión de reciente construcción en Venice (California) de 945 metros cuadrados que le costará cerca de 5300 dólares al mes, y cuenta con cuatro habitaciones, cuatro cuartos de baño y espectaculares vistas al mar.
“Es un gran día. Agradezco a todo el mundo su apoyo, pero pido como madre que le den el tiempo y el espacio que necesita”, declaró Dina a Popeater.