Aviones militares llevaban suministros el lunes a una ciudad de Australia que desaparecía lentamente bajo las aguas, mientras inundaciones récord en el noreste del país dañaron la producción de trigo e interrumpieron las exportaciones de carbón.
La inundación, que posee un área mayor a la superficie de Francia y Alemania combinadas, sumergió la carretera Capricorn -la vía principal del estado de Queensland- y las aguas cubrieron casas en la ciudad de Rockhampton, arrasando con muebles y refrigeradores.
La primera ministra australiana Julia Gillard anunció que se entregarán fondos de urgencia para los sectores más afectados por el desastre, en particular los agricultores.
“Cuando las aguas se retiren, descubriremos muchos daños, pero evidentemente vamos a trabajar con el gobierno del Estado (de Queensland) para reconstruir las infraestructuras comunales”, declaró la Primera ministra a los periodistas en Sydney.
Desde fines de noviembre en Australia, diez personas en total han muerto debido a las lluvias torrenciales y las inundaciones.
Los sectores económicos más afectados son la agricultura y la minería, pero también el turismo y las pequeñas empresas.
El mal tiempo también provocó el desplome del techo de un cine en Bathurst, a 175 km al oeste de Sydney, dejando heridas leves a 36 personas.