Sábado, 11 de Mayo del 2024
turismo



Fotógrafo José Alvarez presenta libro de viajes por el Perú Q’eros

Publicado el 31/01/11

Lima, ene. 30. El médico José Álvarez Blas estudió para preservar la vida, y su otra pasión es preservar la belleza y la memoria. Como fotógrafo, cuenta con varias muestras y publicaciones, producto de numerosos viajes al interior del país.

Fruto de esta sana costumbre viajera es su último libro Q’eros. Hijos de la luz, sobre esta nación cusqueña escondida en las montañas, que dice ser la que ha preservado las costumbres del Tahuantinsuyo.

Hace más de una década, Álvarez escalaba el nevado (apu) Qoyllur Rit’i, para documentar artísticamente esta festividad, a seis mil metros sobre el nivel del mar, y descubrió a Isaac Flores, un altomisayoq que hacía su pago a la tierra, y lo invitó a su comunidad q’ero.

Desde entonces fueron cinco viajes, a lo largo de varios años, donde conoció “una cultura muy organizada, mística, con rituales antiguos y mucho respeto al adulto mayor”, afirma el fotógrafo.

Así, pudo conocer y retratar paisajes insondables, cerros majestuosos, lagunas de color aguamarina, atardeceres de un rojo que solo se ve allí. Pero no solo el paisaje, también sus hermosos tejidos, su trabajo en el campo.

“Son días cortos, el Sol se oculta a las cinco de la tarde porque los cerros lo tapan”, cuenta Álvarez. Incluso llegó a captar una escena de un pago a la tierra en el que se sacrifica el feto de un camélido, en una escena impactante, pero “que debemos comprender como parte de su cultura”.

Cambios y permanencias

Hoy, Álvarez se ha compenetrado con la comunidad, siendo incluso padrino de varios de sus niños. Él defiende la teoría de que los q’eros son la nación donde lo prehispánico se ha preservado de manera más pura: “Cuando el imperio inca era invadido por los españoles, hubo un grupo que se refugió en la parte más oculta e impenetrable: los q’eros”.

Sin embargo, no por eso ha tenido una sola historia. “Durante la Colonia permanecieron con sus costumbres casi inalterables, pero en la República sufrieron abuso por los hacendados de la zona”, explica.

Asimismo, recuerda que en su primer viaje no había carretera y había que ir dos días a lomo de bestia, pero con la carretera a Paucartambo hoy son solo dos horas. “Eso trae grandes beneficios, pero también grandes problemas, como la minería informal y enfermedades”, aclara.



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