Reynaldo Dagsa se encontraba en la puerta de su casa retratando a su familia durante la celebración en la localidad de Caloocan, un suburbio de Manila.
Cuando apretó el disparador de la cámara, el criminal hizo lo mismo con el gatillo de su pistola. El resultado fue una lúgubre instantánea que ilustra el instante previo a la muerte del edil.
En ella se ve en primer plano a la suegra, a la esposa y a una hija del dirigente, todas sonrientes. En el fondo, aparece un joven, identificado como Michael Gonzales, que apunta con un revólver calibre 45. Según la policía, el otro hombre que aparece en la esquina derecha también está implicado y sería cómplice.
La familia relató que el hombre se encontraba durmiendo y se levantó a medianoche para celebrar la llegada del 2011. Salieron todos juntos a la calle para disfrutar de los petardos, que es la forma característica de festejar en Filipinas el año nuevo. De hecho, los testigos no oyeron los disparos a pesar de la cercanía, que se camuflaron con el estruendo de la pirotecnia.