Después de San Nicolás y del Santo de Nick
Publicado el 17/01/11
En Occidente se entregan regalos entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, ya sea en nombre de San Nicolás o de los Reyes Magos. Al día siguiente de este último día, el 7 de enero, cumplió 44 años Nick Clegg, el vice-primer ministro más joven de la historia británica y el único que haya hablado el castellano (y también que tenga una esposa y 3 hijos españoles) e igualmente el líder del partido demoliberal, uno de los dos socios de la primera coalición conservadora-demoliberal que haya gobernado al Reino Unido.
Para Clegg o para el primer ministro conservador David Cameron un presente que ellos hubiesen querido recibir después de estas fiestas por parte de sus electores es ver que ellos mantuviesen un respaldo popular. Ese mismo regalo se debía definir en las primeras elecciones que se dieran tras las generales que en Mayo dieron paso a la conformación del actual gobierno.
Estas se dieron el jueves 13 para definir quién debería ser el parlamentario del distrito de Oldham Este y Saddleworth.
En Mayo el candidato demoliberal Elwyn Watkins perdió por un margen de 103 votos el escaño ante los laboristas. Sin embargo, él logró que la corte anulase los resultados pues demostró que sus rivales habían mentido sobre él en sus volantes.
Los demoliberales, quienes usualmente siempre sacan mucho menos parlamentarios que el porcentaje que a nivel nacional obtienen en las elecciones generales, acostumbran a dar sus mejores sorpresas en ese tipo de comicios que se dan por un solo escaño a mediados de los periodos de gobierno donde ellos concentran todo su aparato partidario y apelan al descontento ante el mandato de turno.
Sin embargo, en las elecciones del jueves, uno de cada 4 de los que votaron en Mayo no se sintieron animados a ir a sufragar, en tanto que Watkins apenas pasó del 31.3% al 31.9% de los votos y los laboristas sacaron un tercio más (crecieron del 31.9% al 42.1%) ganando con 3,558 votos de diferencia (35 veces más que los 103 que les aventajaron en Mayo). Los conservadores, en cambio, perdieron casi dos de cada 3 votos que obtuvieron en Mayo, obteniendo apenas un 12.8%.
Esto debe alarmar al actual gobierno mientras que afianza al nuevo líder Ed Miliband quien ha logrado reposicionar al laborismo con un discurso a la izquierda de sus predecesores Blair y Brown.
Las encuestas a nivel nacional demuestran que los “rojos” encabezan éstas y que si hoy se dieran comicios generales ellos conseguirían el gobierno con más del 50% del parlamento. Mientras los laboristas dejaron de liderar los sondeos después de 11 años en el poder, la coalición de los dos partidos (que juntos bordean el 60% de los votos), no solo que ya ha sido desbordada por sus contrincantes a medio año de haber llegado al gobierno, sino que hoy no sería capaz de sumar junta ni siquiera la mitad del parlamento.
Los resultados del jueves 13 han sido como un Martes 13 para los conservadores. Ellos apuntan a hacer que sean sus aliados demoliberales quienes paguen la factura por el desgaste de los ajustes del nuevo gobierno.
Clegg, al menos, no ha salido tan mal parado al esperar su regalo post-navideño y post-cumpleaños. En los sondeos él pasó de haber sido el líder demoliberal más popular al más impopular en la historia de dicho partido fundado en los ochentas (de bordear el 30% en Abril a menos del 10% en las últimas semanas).
Tras los resultados de Oldham él podrá querer aguantar las críticas de sectores de su partido que le acusan de estar poniendo en peligro el futuro liberal al estar haciendo demasiadas concesiones a los tories, y también a la derecha dura conservadora quien no está cómoda de cogobernar con él.
Miliband, el nuevo líder laborista, aprovechó las circunstancias para anunciar que miles de demoliberales se vienen pasando a sus filas buscando ahondar la crisis en ese partido y presentarse ellos mismos como los únicos baluartes del ‘progresismo’.
En Occidente se entregan regalos entre el 24 de diciembre y el 6 de enero, ya sea en nombre de San Nicolás o de los Reyes Magos. Al día siguiente de este último día, el 7 de enero, cumplió 44 años Nick Clegg, el vice-primer ministro más joven de la historia británica y el único que haya hablado el castellano (y también que tenga una esposa y 3 hijos españoles) e igualmente el líder del partido demoliberal, uno de los dos socios de la primera coalición conservadora-demoliberal que haya gobernado al Reino Unido. Para Clegg o para el primer ministro conservador David Cameron un presente que ellos hubiesen querido recibir después de estas fiestas por parte de sus electores es ver que ellos mantuviesen un respaldo popular. Ese mismo regalo se debía definir en las primeras elecciones que se dieran tras las generales que en Mayo dieron paso a la conformación del actual gobierno.Estas se dieron el jueves 13 para definir quién debería ser el parlamentario del distrito de Oldham Este y Saddleworth. En Mayo el candidato demoliberal Elwyn Watkins perdió por un margen de 103 votos el escaño ante los laboristas. Sin embargo, él logró que la corte anulase los resultados pues demostró que sus rivales habían mentido sobre él en sus volantes. Los demoliberales, quienes usualmente siempre sacan mucho menos parlamentarios que el porcentaje que a nivel nacional obtienen en las elecciones generales, acostumbran a dar sus mejores sorpresas en ese tipo de comicios que se dan por un solo escaño a mediados de los periodos de gobierno donde ellos concentran todo su aparato partidario y apelan al descontento ante el mandato de turno. Sin embargo, en las elecciones del jueves, uno de cada 4 de los que votaron en Mayo no se sintieron animados a ir a sufragar, en tanto que Watkins apenas pasó del 31.3% al 31.9% de los votos y los laboristas sacaron un tercio más (crecieron del 31.9% al 42.1%) ganando con 3,558 votos de diferencia (35 veces más que los 103 que les aventajaron en Mayo). Los conservadores, en cambio, perdieron casi dos de cada 3 votos que obtuvieron en Mayo, obteniendo apenas un 12.8%. Esto debe alarmar al actual gobierno mientras que afianza al nuevo líder Ed Miliband quien ha logrado reposicionar al laborismo con un discurso a la izquierda de sus predecesores Blair y Brown. Las encuestas a nivel nacional demuestran que los “rojos” encabezan éstas y que si hoy se dieran comicios generales ellos conseguirían el gobierno con más del 50% del parlamento. Mientras los laboristas dejaron de liderar los sondeos después de 11 años en el poder, la coalición de los dos partidos (que juntos bordean el 60% de los votos), no solo que ya ha sido desbordada por sus contrincantes a medio año de haber llegado al gobierno, sino que hoy no sería capaz de sumar junta ni siquiera la mitad del parlamento.Los resultados del jueves 13 han sido como un Martes 13 para los conservadores. Ellos apuntan a hacer que sean sus aliados demoliberales quienes paguen la factura por el desgaste de los ajustes del nuevo gobierno. Clegg, al menos, no ha salido tan mal parado al esperar su regalo post-navideño y post-cumpleaños. En los sondeos él pasó de haber sido el líder demoliberal más popular al más impopular en la historia de dicho partido fundado en los ochentas (de bordear el 30% en Abril a menos del 10% en las últimas semanas). Tras los resultados de Oldham él podrá querer aguantar las críticas de sectores de su partido que le acusan de estar poniendo en peligro el futuro liberal al estar haciendo demasiadas concesiones a los tories, y también a la derecha dura conservadora quien no está cómoda de cogobernar con él. Miliband, el nuevo líder laborista, aprovechó las circunstancias para anunciar que miles de demoliberales se vienen pasando a sus filas buscando ahondar la crisis en ese partido y presentarse ellos mismos como los únicos baluartes del ‘progresismo’.