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Cómo prevenir el Alzheimer

Publicado el 03/01/11

Con el paso de los años el cerebro va perdiendo neuronas; pero hoy se sabe que también se van formando otras nuevas.

No es necesario que la vejez sea sinónimo de decrepitud, porque el cerebro tiene reservas cognitivas que incluso se pueden aumentar si se mantienen las conductas apropiadas.

Según Howard Fillit, del Instituto para la investigación de la vejez, existen siete reglas de oro que hay que respetar para alcanzar una vejez con plena lucidez mental.

1) Tomar café;
La cafeína es una sustancia psicoactiva que ingerida con moderación reduce el riesgo de sufrir Alzehimer, según afirma Gary W. Arendash del Instituto Byrd para el Alzehimer, de Tampa, Florida.

En 2007, una investigación realizada por Bourke van Gelder, en Holanda, demostró que los ancianos que tomaban tres tazas de café diarias envejecían en forma más lenta; y un seguimiento de 676 personas que duró diez años, demostró que los bebedores de café tenían mejor sus funciones cognitivas que los que no lo consumían.

Otro estudio realizado en la Universidad de California en San Diego, que duró cuatro años, llegó a la misma conclusión.

Gary W. Arandash, que experimenta con animales afirma que el café hace que los ratones sean más listos.
G.Webster Ross, que realizó investigaciones en Honolulu a largo plazo, con 8000 japoneses nacionalizados, notó que cuanto más café bebían era menor el riesgo de sufrieran de la enfermedad de Parkinson.

2) Combatir los radicales libres

Mediante el consumo de una dieta rica en antioxidantes como la Vitamina C, las frutas secas, las verduras y las frutas se puede disminuir la producción de radicales libres.

El equipo de Patricia Mecocci de la Universidad de Perugia, descubrió niveles muy bajos de antioxidantes en enfermos de Alzehimer.
Estudios realizados en Francia y en Pennsylvania, confirman la hipótesis de que las personas que consumen muchas frutas y verduras tienen menor probabilidad de padecer de algún tipo de demencia senil.

3) Consumir pescado

El Omega 3, está presente en cualquier tipo de pescado, que es un alimento que protege del deterioro mental, tal como varios estudios ya lo han demostrado; pero también es importante comer poco.

Según Morris y Evans de la Universidad de Chicago, los consumidores habituales de pescado mantienen un buen estado cognitivo un diez por ciento más que quienes no lo consumen.

Estos resultados también se obtuvieron en Holanda, principalmente con el consumo de pescados grasos como el esturión y la trucha.
En Houston, tres estudios revisados por Amalia Issa, señalaron que este alimento retarda la aparición de demencia y degeneración mental. Además, se ha comprobado que el omega 3 mejora también el estado de ánimo, según el registro llevado a cabo en la Universidad de Pittsburg por Sarah Conklin.

El omega 3 se encuentra en pescados, mariscos, aceites vegetales y en la carne de animales que pastan libres en praderas.
4) Consumir comida mediterránea y pocas golosinas

La comida mediterránea consiste en el consumo prioritario de aceite de oliva, pastas y verduras frescas.

No es necesario suprimir las golosinas del todo, incluso se recomienda de vez en cuando consumir chocolate amargo y frutos secos, que tienen propiedades antioxidantes y activan la circulación cerebral.

5) Tomar vino con moderación

El vino contiene un antioxidante que demora el deterioro mental siempre que no se consuma en exceso.
6) Realizar movimiento

El deporte retarda el desgaste mental y ayuda a apreciar la diferencia entre lo importante y lo intrascendente.

Basta con quince minutos tres veces por semana, pero es importante adquirir el hábito y hacerlo en forma regular.

En la Universidad de Washington, los estudios realizados por Eric Larson demostraron que los sujetos físicamente activos mostraron un 30% menos de riesgo de padecer Alzehimer, que los que hacían una vida sedentaria.

7) Ejercitar el cerebro

El ejercicio intelectual mantiene las facultades mentales en buen funcionamiento, por lo que se recomienda hacer crucigramas, leer, escribir, aprender un idioma, etc., ya que la práctica intensiva fortalece la memoria.

Por ejemplo, resulta operativo relacionar rostros con nombres, ejercitarse memorizando números de teléfonos o direcciones de personas allegadas, fechas de cumpleaños, etc.

Tambien tocar un instrumento, jugar a las cartas o a otros juegos de mesa son actividades que preservan el funcionamiento mental normal.

Fuente: “Investigación y Ciencia – Mente y Cerebro”; Michael Falkenstein.

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