Once rebeldes del grupo chiita Jundallah, con base en Pakistán, fueron ejecutados en la horca hoy en Irán acusados de estar detrás de atentados en el suroeste del país, informó la agencia oficial Irna.
“Once miembros del grupo terrorista Jundallah que desempeñaron un papel en llevar a cabo atentados terroristas en la provincia (de Sistan-Baluchestan) durante los últimos meses, enfrentándose con la Policía y convirtiendo en mártires a varias personas inocentes, han sido ahorcados en la prisión de Zahedán”, señaló Ebrahim Hamidi, director del Departamento de Justicia provincial.
La ejecución se produce después de los atentados del pasado miércoles en la ciudad de Chabahar (sureste) en los que murieron al menos 38 personas y otras 90 resultaron heridas y cuya autoría reivindicó Jundallah, recordó la agencia de noticias DPA.
“Estos elementos corruptos y `mohareb´ (enemigos de Dios) han sido identificados y detenidos por las fuerzas de seguridad e Inteligencia”, indicó Hamidi, precisando que todos ellos fueron sometidos a un juicio justo y público.
El responsable precisó que fueron condenados a muerte por “corrupción, luchar contra Alá y el profeta Mahoma y oponerse al sistema sagrado de la República Islámica de Irán”.
“La sentencia fue ejecutada tras recibir la confirmación de las altas instancias judiciales del país”, aclaró.