Unos seis millones de personas conmemoran hoy el 479 aniversario de la aparición de la virgen de Guadalupe en México en 1531 con oraciones, cantos y las más diversas manifestaciones de fe.
El festejo comenzó al iniciar el día con la interpretación de la tradicional canción “Las mañanitas” por el más de millon y medio de personas que se encontraban en el templo, ubicado al norte de la capital mexicana, y en la plaza que lo rodea y calles aledañas.
Los feligreses, que se forman en una larga fila, ingresan por turnos a la iglesia, donde durante todo el día diversos sacerdotes ofrecen misa y saludan la imagen de la virgen de Guadalupe.
Los arribos a la zona donde se encuentra la basílica de la virgen de Guadalupe comenzaron desde el pasado 10 de diciembre, algunos en vehículos de transporte, otros en procesiones de cientos de personas donde algunos avanzan por tramos de rodilla.
En espera del aniversario duermen en los transportes o simplemente en las calles o en el atrio de la basílica de Guadalupe, pese a la temperatura nocturna cercana a los cero grados.
El jefe de la Delegación (municipio) Gustavo A. Madero, Víctor Hugo Lobo, informó que hasta las primeras horas del día habían llegado “más de dos millones de personas y esperamos otros dos millones hasta el domingo. Nuestro estimado es que habrá entre cinco y seis millones de feligreses”.
Lobo también señaló que hasta la madrugada pasada los médicos instalados en la zona atendieron unas 740 personas y que sólo dos tuvieron que ser llevados a un hospital, uno por un problema diabético y otro tras caerse de una motocicleta.
La conmemoración de la aparición también se realiza en todo el país con distintas demostraciones que van desde carreras a pie o en bicicletas a espectáculos musicales y romerías.
El relato religioso señala que la virgen de Guadalupe se le aparició al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad de México, cuando se dirigía a misa tras realizar una larga caminata.
Para enviar un mensaje a los mexicanos de su cariño, la virgen solicitó a Juan Diego portar en su manta hasta el obispo unas rosas y cuando el portador abrió la manta o “ayate” frente a la autoridad eclesiástica se descubrió que las flores habían dibujado una imagen de la virgen, según el relato religioso.
En la zona donde se apareció la virgen de Guadalupe con rasgos indígenas los indios mexicanos desarrollaban un culto a Tonantzin (que supuestamente en náhuatl quiene decir “Nuestra venerable madrecita”) y que era una diosa de los ritos que practicaban con anterioridad a la llegada de los españoles y con ello de la evangelización.