El Ayuntamiento de Oslo, Noruega, ha tenido una silla vacía este viernes. El disidente chino Liu Xiaobo debía recibir el premio Nobel de la Paz, pero no estuvo, pues cumple una condena de once años de prisión por subversión.
Familiares y seguidores de Liu tampoco dieron el presente. Su esposa, Liu Xia, está bajo arresto domiciliario.
Naciones Unidas denunció que China arrestó a 20 activistas. A otras 120 personas se les restringieron los movimientos.
El gobierno de Pekín criticó duramente la concesión del premio a Xiaobo y calificó de “payasos” a aquellos países que apoyaron la decisión del Comité del Premio Nobel.
Y en los últimos días las autoridades intentaron evitar cualquier tipo de manifestación.