Las inundaciones que afectan el este de Australia, consideradas las peores en 50 años, podrían continuar varias semanas, manifestaron hoy las autoridades, según un despacho de la agencia de noticias DPA.
La cantidad de lluvia caída en el estado de Queensland, en el noreste del país, es cuatro veces mayor de la habitual, informó la gobernadora de Queensland, Anna Bligh, que agregó que los daños para los propietarios, campesinos y empresarios afectados son de miles de millones.
En total, hay unas 200 mil personas afectadas por las inundaciones. Miles de ellas tuvieron que ser rescatadas en parte con helicópteros. Sin embargo, muchas otras se negaron a abandonar sus viviendas, entre otros motivos, por miedo a saqueos o por no abandonar a sus animales domésticos.
La primera ministra de Australia, Julia Gillard, visitó la población de Bundaberg, la más afectada. Allí hay al menos 120 casas cubiertas por el agua.
Las autoridades advirtieron de la escasez de alimentos y también la difusión de enfermedades, debido a que los contenedores de agua potable resultaron inundados.
Las corrientes arrastraron tanta basura de los ríos que bloquearon los suministros de agua de las ciudades, dijo el director del suministro de la provincia, Ton Smith.
Los productores de carbón australianos ya advirtieron a sus clientes en Japón, Corea del Sur y China que no podrán suministrar sus productos a tiempo. Los expertos esperan que el cuello de botella en la oferta provoque un aumento de los precios en el mercado mundial en un 20 por ciento en los próximos tres meses.