Según la agencia estatal iraní ISNA, dos hombres fueron colgados en la prisión de Saveh (al sudoeste de Teherán). Ahmad Amini Sangar y Hassan Davtalab estaban acusados de posesión de diferentes cantidades de heroína, crack y opio.
La misma agencia informó de que otro preso, cuyo nombre no fue dado a conocer, fue ahorcado en la prisión de Sari, al norte de Irán, condenado por tráfico de estupefacientes.
Otros cuatro prisioneros fueron ejecutados en la cárcel Karoun de Ahvaz, al sudeste de Irán, según informó la agencia FARS, también estatal. En este caso tampoco se informó la identidad de los condenados, tres de ellos acusados de tráfico de drogas y uno de «actos inmorales».
Las autoridades iraníes comunicaron además que han ampliado el rango de delitos vinculados a tráfico de estupefacientes que serán castigados con la pena capital.