Se trata de la peor nevada en casi un cuarto de siglo, lo que provocó innumerables atascos a causa del lodo que se acumuló en las calles de París. El ministerio del Interior informó que 3.300 personas pasaron la noche en 78 refugios, se cancelaron vuelos y los trenes sufrieron importantes demoras.
El último miércoles, se había cerrado temporalmente la Torre Eiffel, y la circulación sobre ruedas se complicó de tal manera que muchos desistieron de continuar y terminaron pernoctando dentro de los vehículos para no abandonarlos ni salir a la intemperie. Otros directamente optaron por quedarse en sus lugares de trabajo.
El sistema del metro también colapsó, al ser el elegido por la mayoría de los ciudadanos que se vieron sorprendidos por la intensidad del fenómeno. Los titulares de los diarios reflejaron lo sucedido. Le Figaro habló de “El congelamiento de París”, mientras que Le Parisien simplemente tituló: “Atascados”.
“Tuvimos que lidiar con un fenómeno climático sin precedentes en la última generación“, dijo el ministro del Interior, Brice Hortefeux, en la radio Europe 1. En algunos puntos, la capa de nieve alcanzó los 11 centímetros de grosor, el mayor desde 1987.