Poco después de volver a su país, tras el Mundial de Sudáfrica, donde el equipo charrúa tuvo una gran actuación y alcanzó el cuatro puesto, el entrenador revisó los movimientos de la cuenta que él y su familia utilizan para ciertos gastos. Y ahí fue cuando se dio cuenta de una serie de extracciones que le llamaron la atención.
Esa cuenta se usaba para financiar algunos gastos domésticos, y también servía como respaldo. Pero no era de uso cotidiano, por lo cual, la familia no llevaba un control estricto sobre sus fondos ni sus movimientos.
Frente a la gran cantidad de retiros de dinero, el “Maestro” le consultó a su esposa y a sus hijas, quienes aseguraron no haber hecho esas extracciones.
Como uno de los primeros pasos de la indagatoria, el juez Homero Da Costa pidió al banco un detalle de las operaciones. De esa forma fue que se determinó que desde 2008 la cuenta había tenido retiros casi diarios por sumas que oscilaban entre US$500 y US$ 1.000, según le dijeron fuentes del caso al diario El País.
Al ser interrogada la empleada doméstica, que primero contestó con evasivas, terminó por admitir que ella había hecho los retiros, luego de robar dos de las tarjetas magnéticas de la cuenta que se encontraban en la casa. La misma suerte tuvieron la hermana y el esposo de la trabajadora, ya que recibieron dinero y objetos adquiridos con esos fondos sabiendo la existencia de la maniobra.