Las lecciones de biología son un recuerdo distante para mí, pero si hubieran sido algo similar a lo que vi en la escuela Abbey (en Reading, Inglaterra), creo que hubiera recordado algo más.
Los alumnos observaban, a través de anteojos 3D, el funcionamiento del pecho.
«Genial», «Es enorme», «Pensé que el diafragma era un músculo plano», «No me había dado cuenta de que estaba bajo las costillas»… Estos fueron algunos de los comentarios cuando las alumnas se colocaron las gafas para examinar en detalle un modelo del tórax.
«Es una experiencia increíble, tan buena para aprender», dijo Yvette.
«Es mucho más interesante que mirar un libro de texto», agregó Polly.
«Es más real, lo que facilita comprender el concepto», explicó Rosie. Si en 2009 hubo una palabra de moda, podría haber sido3D.
Pero a pesar del bombo publicitario, algunos informes sugieren que el público que va al cine está empezando a cansarse de las películas 3D. Y aunque la venta de televisores 3D está aumentando, no todos están impresionados con los resultados.
Según la empresa Nielsen, sólo un pequeño porcentaje de las casas disponen de estos aparatos. Y muchos otros aseguran que no tienen la intención de sumarse a la tendencia tecnológica.
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