Un equipo de científicos franceses identificó la cabeza embalsamada del rey Enrique IV de Francia, asesinado a los 57 años, en 1610.
La cabeza del monarca se perdió cuando los revolucionarios saquearon en 1793 la capilla real de Saint Denis, en París.
Desde entonces una cabeza, que se presumía era la de Enrique IV, había pasado de mano en mano de coleccionistas privados. Ahora un equipo de científicos franceses utilizó las últimas tecnologías forenses para identificar la identidad del cráneo. Los expertos hallaron una lesión cerca de la nariz, una oreja marcada y una herida facial curada, provenientes todas ellas de un intento previo de asesinato.
Los métodos utilizados para embalsamar la cabeza también coincidían con las técnicas utilizadas en la época de la muerte, según escribieron los científicos en la revista especializada British Medical Journal (BMJ). Los investigadores indicaron que fue imposible utilizar rastros de ADN para identificar la cabeza, debido a la dificultad de hallar pruebas no contaminadas.
“La cabeza humana cuenta con pelo marrón claro, la boca abierta y los ojos cerrados”, afirmaron los científicos de la investigación, que fue encabezada por el patólogo forense Philippe Charlier. “Su preservación fue excelente, con todos los tejidos blandos y los órganos internos bien conservados“, agregaron.
El soberano más querido de Francia, el hombre que renunció a la religión protestante por el catolicismo e hizo célebre la frase “París bien vale una misa”, vuelve a ser noticia tras confirmarse que la cabeza descubierta en 2008 es la suya.
Le bon roi Henri o Henri le Grand (El buen rey o Enrique el Grande) fue asesinado el 14 de mayo de 1610 en París por Francois Ravillac, un fanático católico perturbado que no soportaba la política religiosa del monarca.
Enrique IV fue enterrado en la Basílica de Saint-Denis como todos los reyes, pero en 1793 su ataúd fue abierto, probablemente su cuerpo fue lanzado a una fosa común y desapareció su cabeza, según los historiadores.
Su cabeza será enterrada el próximo año en la Basílica de Saint Denis luego de una misa nacional y un funeral de Estado.