Un equipo científico internacional, liderado por el Instituto Max Planck de Alemania, ha descubierto en Siberia los restos de una nueva especie humana que no se conocía hasta ahora, y que compartió el planeta hace unos 30.000 años con los neandertales, los ‘sapiens’ modernos y los ‘Homo floresiensis’ de Indonesia.
El nuevo linaje, bautizado como los denisovanos, porque sus restos se encontraron en la cueva siberiana de Denisova, es el primero descrito gracias a una investigación genética: en concreto, la secuencuación de ADN nuclear de la falange de un dedo de una hembra infantil de esta nueva especie.
Tras comparar su genoma con el de los neandertales (que se conoció este año) y el de ‘Homo sapiens’ actuales de Europa, África y Asia, se comprobó que los denisovanos no eran ninguna especie conocida, aunque parte de su ADN (menos del 3%) está presente en las poblaciones de Melanesia.
La paleogenética ha revelado, según se publica en la revista Nature esta semana, que estos homínidos son más parecidos a los neandertales que a nosotros, lo que significa que descienden de la misma población ancestral, que se dividió en estas dos ramas hace unos 600.000 años. Antes de ello, hace unos 800.000 años, su rama común se habría separado de la que dió origen a nuestra especie.