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China crea su propio premio de la paz a dos días de que Noruega conceda el Nobel a disidente

Publicado el 08/12/10

China concedió hoy su primer Premio de la Paz Confucio al ex vicepresidente taiwanés Lien Chan por su trabajo a favor de la reconciliación con Pekín, dos días antes de la entrega del Nobel de la Paz en Oslo al disidente y defensor de los derechos humanos Liu Xiaobo, que se encuentra en prisión.
Lien, presidente honorario del partido Kuomintang o Partido Nacionalista de Taiwan (KMT) fue elegido por haber tendido un puente de paz entre la China continental y Taiwan, justificó el grupo de expertos chinos tras la creación del galardón.

Un portavoz del partido taiwanés negó haber sido notificado del premio, que, según dijo a DPA el presidente el comité organizador, Tan Changliu, se anunciará formalmente el jueves en Pekín.

Lien fue elegido entre ocho candidatos que incluían al presidente palestino Mahmud Abbas, al fundador de Microsoft Bill Gates, al ex presidente sudafricano Nelson Mandela, al ex presidente estadounidense Jimmy Carter y al científico agrícola Yuan Longping, conocido en el país como el padre del arroz híbrido.

El galardón se conoce dos días antes de la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz a Liu en ausencia, ya que se encuentra cumpliendo una pena de 11 años de prisión por subversión por pedir una reforma democrática en el país al coorganizar la “Carta 08”.

Pero Tan, editor de libros de filosofía, negó que el premio Confucio esté vinculado al gobierno o pretenda hacer sombra al Nobel. Según Tan, el premio fue creado para dar una mayor voz a China en la cuestión de la paz mundial, al considerar que la pequeña Noruega es solo una parte muy pequeña frente a los 1.300 millones de chinos.

“No somos rivales de nadie. Solo estamos desarrollando la paz mediante la paz. No queremos criticar”. El resto de miembros del comité del premio son profesores universitarios.

La idea de crear el premio fue mencionada por primera vez en un artículo de opinión en el diario estatal “Global Times” el 15 de noviembre, cinco semanas tras el anuncio de la concesión del Nobel de la Paz a Liu.

Desde el anuncio, decenas de disidentes chinos fueron encarcelados o puestos bajo arresto domiciliario, interrogados, golpeados por las fuerzas de seguridad o llevados a campos de “reeducación”. “Las persecuciones continuas confirman la gravedad de las violacioens de los derechos humanos en China y la necesidad de pronunciarse contra esos abusos”, dijo Sharon Hom, directora de Human Rights en China.

El grupo exigió una vez más la puesta en libertad de Liu y su esposa, bajo arresto domiciliario, para poder acudir a la ceremonia de entrega. “El encarcelamiento de Liu Xiaobo fue ilegal, su proceso injustificado y su condena injusta”, señaló la directora de Asia de la organización, Sophie Richardson.

Amnistía Internacional condenó también la “presión política y económica” de China a otros países para obligarlos a no acudir a la ceremonia. Además de China, 18 países anunciaron ya que no acudirán a Oslo.

Además, China impidió viajar a al menos 40 intelectuales, abogados, profesores o artistas críticos, al parecer para que no puedan ir a la capital noruega, alegando “un peligro para la seguridad nacional”. Entre ellos se encuentra el abogado de Liu Mo Shaoping, el conocido jurista He Weifang, el artista Ai Weiwei, conocido internacionalmente, y el economista Mao Yushi, de 80 años.

Tampoco el escritor australiano de origen chino Xhang Heci pudo viajar a Oslo. Durante un trasbordo en Shanghai fue detenido 24 horas y obligado a volar de vuelta a Australia, informó el “Sydney Morning Post”. Además, se le negó todo contacto con el consulado australiano.

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