La noche del 8 de diciembre de 1980, cuando John Lennon y su esposa Yoko Ono regresaban a su apartamento en el Edificio Dakota de Nueva York, un joven de 25 años salió de entre las sombras y disparó a quemarropa. Cuatro de los cinco disparos que efectuó Mark David Chapman impactaron en la espalda del músico, que falleció apenas veinte minutos más tarde en un hospital. Treinta años después, John Lennon ostenta la categoría de mito en el imaginario colectivo, y su asesino, condenado a cadena perpetua, sigue en prisión solicitando la revisión de su libertad condicional.
Pero ¿quién era John Lennon por aquel entonces? Lennon había sido uno de los fundadores clave de los Beatles más de dos décadas atrás, con su banda The Quarrymen. A ella se incorporaron Paul McCartney y George Harrison tan sólo un par de años antes de rebautizarse como The Beatles. Ringo Starr, el último del cuarteto conocido, llegaría en 1962.
Compositor y vocalista de la banda, fue junto a McCartney el responsable de algunas de las canciones más recordadas de los Beatles. Y, al mismo tiempo, uno de los principales culpables de la ruptura del grupo en 1970.
Las versiones de quién fue el responsable de la ruptura de los Beatles varían: Se culpa a Yoko Ono, a McCartney y a Lennon por separado o a las malas relaciones entre ellos tres. Lo cierto es que ya antes del año 70 todos trabajaban en sus propias carreras en solitario.
Si los Beatles le habían convertido en un icono popular, su activismo político le convirtió en un símbolo social. Entre finales de los 60 y principio de los 70 Lennon se implicó en distintas causas cívicas, tanto con conciertos, como con donaciones o declaraciones.
El por qué Mark David Chapman disparó a John Lennon sigue siendo una incógnita a día de hoy. Tratándose de un enfermo mental, se podría comprender que, tras disparar a Lennon aquel 8 de diciembre de 1980, Chapman se sentara tranquilamente en la acera a la espera de la llegada de la Policía, o que una de las razones que esgrimió en su momento para justificar sus acciones fuera: “Él sabía dónde iban los patos en invierno y yo necesitaba saberlo”.
En el juicio posterior al que se sometió el propio Mark David Chapman se negó a que su abogado alegara una enfermedad mental y fue condenado a cadena perpetua, con posibilidad de revisión a los 20 años.Las seis veces que ha pedido la revisión de su condena, le ha sido denegada por razones de seguridad, tanto del resto de los ciudadanos como de él mismo.