Uno a uno, como las fichas de un dominó, fueron cayendo algunos de los monumentos más representativos de toda Italia. Durante lasegunda jornada consecutiva de protestascontra los recortes en materia de educación propuestos por el Gobierno de Silvio Berlusconi, miles de estudiantes se volvieron a lanzar este jueves a la calle ocupando la Torre de Pisa, el Coliseo romano, la Mole Antonelliana de Turín y la Basílica de San Antonio de Padua.
Las imágenes de los universitarios desplegados por todo el país con pancartas contra el decreto ley de la ministra Mariastella Gelmini se iban sucediendo en los informativos mientras en el Parlamento, una enmienda aprobada por la oposición, frenaba su aprobación definitiva hasta el próximo martes.
El asalto al Senado del miércoles promete quedarse en una anécdota después de lo ocurrido hoy. Cerca de la una de la tarde varias decenas de estudiantes conseguían entrar en la Torre Inclinada de Pisa consiguiendo colgar desde el último anillo una pancarta con el mensaje “no a la reforma”.
Eran los primeros de una serie de acciones que fueron bautizadas en numerosas páginas web como el “monumento estudiantil”. A las tres, 250 universitarios se saltaban los tornos del Coliseo de Roma y desde el segundo anfiteatro desplegaban otra pancarta mientras gritaban “somos nosotros los verdaderos leones”.
Y mientras, en el Parlamento empezaban a darse cuenta que quizá tenga que retirar la propuesta de ley que recortará un 90% las becas de estudio y ayuda a la investigación universitaria. No por las protestas en sí, sino porque la oposición ha sacado adelante varias enmiendas gracias a la minoría del Gobierno en la Cámara.