El crecimiento futbolístico de los estadounidenses ha convertido en una opción segura, para los ojos de la FIFA, su candidatura para realizar un nuevo Mundial de fútbol dentro de 12 años. En 1994 era considerada de alto riesgo, pero esta vez nadie duda de las garantías que ofrecen los Estados Unidos para volver a batir un récord de espectadores.
A diferencia de 1988, año en que la máxima entidad del fútbol mundial convertía en sede a los Estados Unidos para 1994, el país cambio de forma notable sus gustos y tradición por este deporte. El poco interés mostrado por el juego daba inseguridades sobre el éxito del evento, pero desde entonces y 16 años después, el fútbol ha echado raíces en la sociedad estadounidense.
Los Estados Unidos cuentan con una gran ventaja de infraestructura. Tienen estadios preparados para acoger a grandes multitudes en modernos recintos, que en ningún caso albergan menos de 70 mil aficionados. Por estas dimensiones, el país confía en contar con más de 3.560.000 visitantes en las gradas.
Las desventajas planteadas por los inspectores son la falta de medios de transporte público en algunas sedes, como Miami, y el hecho de que estadios de la NFL de ciudades como Nueva York y Seattle tendrán que reemplazar su césped artificial por pasto natural. Aunque esta última condición para los organizadores no traerá ningún inconveniente. Ya dieron muestras de esto en el Meadowlands Stadium de Nueva York, cuando remplazaron el campo de forma inmediata al césped natural para el amistoso entre la selección local y Brasil.
El propio jefe del comité japonés de la candidatura asiática, Junji Ogura, advirtió sobre la concreta posibilidad de perder a manos del país norteamericano. “Diría que es Estados Unidos el gran oponente, debido a la capacidad de los estadios y el número de espectadores durante el curso del torneo. Eso se traduciría en ingresos y los ingresos son lo que la FIFA espera”, concluyó.
Pese al crecimiento y progreso de la selección, el primer lugar en el número de compradores de entradas en Sudáfrica 2010, la creación y desarrollo de la liga doméstica –la MLS-, y la gran cantidad de público en los amistosos internacionales, el fútbol en los Estados Unidos sigue estando por detrás del béisbol, el básquet y el fútbol americano. Motivo por el cual, en el proceso de licitación, tendrá que convencer a los votantes de la FIFA de que el país merece otra Copa del Mundo.