A pesar de entrar sin sobresaltos a las semifinales del torneo, el español tuvo un momento de furia contra el árbitro brasileño Carlos Bernardes, a quien lo castigó por un fallo y hasta amenazó con retirarse del partido.
Como pocas veces antes, a Rafael Nadal se lo vio desencajado, discutiendo con vehemencia con el umpire, el brasileño Carlos Bernardes, por un fallo en un momento clave de su partido ante Tomas Berdych.
“¡Me estás diciendo una barbaridad! ¡No quiero jugar más!”, protestó el Nº 1, que arrojó la pelota y se quedó mirando al umpire. Bernardes intentaba darle la explicación técnica, aunque Nadal desbordaba fastidio. Por eso salió a buscar al supervisor para que revirtiera la decisión de Bernardes. Pero el jefe de barba candado no le hizo caso y al zurdo no le quedó más remedio que irse al fondo masticando bronca.
El español, primer tenista del mundo, se enardeció cuando el árbitro central le concedió al checo Tomas Berdych un punto después de que éste lo reclamó en el primer set de su último partido de la ronda de todos contra todos en la Arena 02.
“No hay ninguna discusión. Estoy bien, pero fue un error de él”, dijo Nadal, quien ganó el partido por 7-6 (3), 6-1.
Pero el tema siguió afuera, cuando Nadal revisó su brote de nervios. “Probablemente, lo más justo hubiera sido que el punto fuera para Berdych, pero con todo el tiempo que transcurrió después, se tendría que haber repetido. Las cosas son muy claras: yo influencié al árbitro, pero el árbitro no se puede dejar influenciar por mí. Puede que me haya equivocado”, reconoció Rafa.
Del otro lado, Berdych agregó: “Esto muestra que el árbitro le tiene miedo a Nadal, le dejó discutir mucho tiempo”. La respuesta del español llegó rápido: “¿Miedo a mí? ¡Pero si la decisión era en mi contra!”.