La ola de violencia desatada en algunas favelas de Río de Janeiro ha obligado al despliegue de unos 17.500 soldados y decenas de policías del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) en busca de los ‘peces gordos’ del narcotráfico, operación para la que el Gobierno ha movilizado a los tanques y a helicópteros del Ejército.
Los grupos de narcotraficantes han respondido a los operativos de seguridad quemando vehículos y disparando contra los oficiales. Según los datos de la Policía Militar, un total de 96 coches han sido incendiados durante las revueltas, en las que han resultado heridos tres oficiales.
La Policía Militar lleva también a cabo una operación en Morro do Juramento, en el barrio de Vicente de Carvalho. Según las primeras informaciones de la Policía, un hombre fue abatido tras comenzar un tiroteo con agentes policiales.
En una entrevista, el subsecretario de Inteligencia, Roberto Sá, confirmó que 800 agentes de la Brigada de Infantería paracaidista se van a unir a las operaciones policiales en las favelas de Río de Janeiro. Sá ha agregado que los accesos a Morro do Alemao están cerrados para evitar la fuga de criminales.
El subsecretario de Inteligencia ha manifestado que la Policía carioca no piensa en invadir la favela, pero que se está planeando la estrategia para una posible invasión. En este sentido, ha confirmado que, en el Complejo do Alemao, policías federales ayudan a la Policía Civil y al BOPE en las acciones de patrulla de los accesos a las comunidades. Sá ha remachado que “se están haciendo adelantos, pero no se puede hacer magia”.