La fecha del lanzamiento de la nueva entrega de Bond llega justo después de que la Metro Goldwyn Mayer, propietaria de los derechos de la saga, se declare en bancarrota. Pero todo tiene una explicación. Según informa Bloomberg la compañía del león buscará un socio con quien compartir gastos y beneficios al 50%.
De hecho, según las cuentas presentadas al tribunal de Manhattan, MGM planea gastarse unos 125 millones de dólares en las próximos 15 semanas. De ellos, 20 millones serán para financiar el arranque del rodaje de El Hobbit, la precuela de El Señor de los Anillos que produce junto a Warner y New Line Cinema. Luego su aportación deberá ascender hasta los 40 millones. Así que, si el juez aprueba su plan, todavía hay dinero para gastar.
El acuerdo para resucitar la saga de James Bond conlleva el estreno de una nueva cinta del agente 007 cada dos años, fijando la fecha de estreno de Bond 23 en 2012. Después de ella, la intención de la Metro es volver a producir la saga del agente secreto en solitario, siempre que sus cuentas se lo permitan.
Con el tema económico más o menos encauzado, ahora queda cerrar el puramente cinematográfico. A principios de año se anunció que Sam Mendes sería el director, pero ha día de hoy eso estaría por ver. Además,Daniel Craig, protagonista y gran activo de la saga en sus dos últimas entregas, tiene la agenda más que apretada.
Tras estar meses esperando una resolución a la bancarrota de MGM, el actor decidió embarcarse en otros proyectos. Actualmente, rueda The Girl with the Dragon Tattoo el remake hollyoodiense de la trilogía Millennium, dirigida por David Fincher, y de la que deberá filmar dos entregas más.