“Putin ha prometido que viajará a Zúrich cuando el comité ejecutivo de la FIFA decida las sedes las Copas Mundiales”, lo aseguró Rustam Minnijánov, presidente de la república de Tatarstán, lugar de origen del campeón de la liga rusa, Rubín Kazán.
Todos los países postulantes harán la última presentación de su candidatura en Zúrich, el 1 y 2 de diciembre, antes de la deliberación y la votación definitiva del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional del Fútbol Asociado. Allí, se espera que Putin sea el que asuma la responsabilidad de intentar persuadir a los encargados de la votación, a quienes ya logró seducir en los cuatro días de recorrido por su nación a mediados de agosto pasado.
El primer ministro tuvo un papel fundamental en la victoria en 2007 de la candidatura de Sochi para los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014, cuando en un acto similar se desplazó hasta Guatemala, donde se reunía el COI, para respaldar personalmente a la ciudad rusa.
Desde que el primer ministro británico, Tony Blair, abriera la veda en 2005 con un despliegue sin precedentes para que Londres organice los Juegos Olímpicos de 2012, los líderes políticos no han vacilado en utilizar su influencia para que sus países organicen eventos deportivos, ya que es uno de los puntos de mayor atención el apoyo de los gobiernos para los encargados de designar las sedes.
Por tal motivo, Rusia ha recurrido a su valor más seguro, Putin, un gran aficionado a los deportes y que sigue siendo uno de los hombres más poderosos del mundo.