La ministra de Economía, Christine Lagarde, hizo el cálculo del impacto económico de las protestas contra la reforma jubilatoria. Además, se quejó de que el caos daña laimagen del país en el exterior.
“Hay un peligro moral: el atractivo del territorio francés está en juego cuando se ven imágenes como esas,” advirtió Lagarde sobre un posible golpe al turismo galo.
El presidente Nicolas Sarkozy insiste en elevar la edad jubilatoria a 62 años para salvar al sistema de pensiones. Mientras tanto, los sindicatos defienden lo que consideran un derecho adquirido.
El viernes pasado, el Senado francés votó a favor de la ley presentada por el Ejecutivo, con 177 votos a favor y 153 en contra. La decisión final sobre la normativa se dará entre el martes y el miércoles próximo con una nueva votación de ambas cámaras. Hasta el momento, se encuentran discutiendo la versión definitiva del texto.
La expectativa del gobierno es recortar su déficit del 8% al 6% en el próximo año. Luego de la votación en el Senado, varios funcionarios del Gobierno se pronunciaron a favor de una aprobación.
“Era nuestro trabajo hacer esta reforma. Es para asegurar a nuestros niños que tendrán los mismos beneficios jubilatorios que nosotros” declaró Eric Woerth, ministro de trabajo francés.
Las medidas gremiales también afectaron la recolección de basura en Marsella. Se estima que casi 10 mil toneladas de basura inundan las calles de la ciudad y sus suburbios.
Aún no se sabe cuándo finalizarán las protestas, que se prorrogan diariamente. Las pérdidas continuarán por cada día en que se extiendan, pero podrán, además, persistir luego de que éstas terminen.