El Gobierno francés ha querido transmitir un mensaje de calma pese a la jornada de huelga contra la reforma de las pensiones, de nuevo con un destacado respaldo en la calle.
Los sindicatos franceses han informado que 3,5 millones de personas han marchado en todo el país para protestar contra la reforma de las pensiones de Sarkozy. Según sus cifras, 380.000 personas se han manifestado solo en París. Pero el Ministerio del Interior ha rebajado esa cifra a 1,1 millones. Estos números son similares a los del día de mayor contestación, el pasado 12 de octubre.
Con la calle en contra de la reforma, el Ejecutivo galo ha pasado a la ofensiva para intentar transmitir tranquilidad. El presidente Nicolas Sarkozy ha anunciado a mediodía que va a intervenir para remediar la escasez de carburante, aunque no ha concretado con qué medidas. Poco después, el primer ministro, Francois Fillon, ha asegurado ante la Asamblea Nacional que el suministro de combustible debería regresar a la normalidad en el país “en cuatro o cinco días”, después de las protestas y los bloqueos de los transportistas.
El presidente francés ha dicho comprender “la inquietud” que ha generado la nueva ley y ha insistido en que la oposición tiene derecho a manifestarse “sin violencia”. También ha reiterado que no dará marcha atrás en esta reforma, que retrasa la edad legal de jubilación de 60 a los 62 años.
La jornada también ha estado marcada por el cierre de hasta 2.500 gasolineras (el 20%) de las 12.000 que tiene el país y los problemas en los transportes aéreo y ferroviario. Las 12 refinerías, en huelga desde hace casi una semana, han continuado hoy sin actividad y varios importantes depósitos de carburante también han sido bloqueados. La escasez de combustible, multiplicada por la psicosis que empuja a los automovilistas a buscar carburante como sea, amenaza con estrangular la economía francesa.
Los camioneros, que ayer se incorporaron a la protesta, se han hecho notar de nuevo organizando “operaciones caracol” para ralentizar el tráfico en las carreteras de acceso París. La empresa pública de ferrocarriles, SNCF, ha anunciado esta mañana que por el momento se cumplen sus previsiones y que circularán un 25% de los trenes interprovinciales, un 60% de los trenes con salida o destino en París, la mitad de los trenes de alta velocidad y todos los trenes de Eurostar.