En la víspera de los comicios en Brasil, el presidente ratificó su respaldo a Correa: “Es mejor divergir y discutir, pero un presidente electo por el voto debe ser respetado“.
Lula da Silva espera tranquilo el triunfo de su candidata. La única duda es si vencerá al opositor José Serra en primera vuelta o en ballotage. En la recta final de la campaña, el presidente abandonó el discurso combativo y proselitista de los últimos días para dar unnuevo espaldarazo a Correa tras el alzamiento policial en Ecuador.
“Tengo conciencia de que el pueblo brasileño dará este domingo una exhibición de consolidación del proceso democrático. Brasil ya demostró varias veces y seguirá demostrando que, para nosotros, la democracia es un bien fundamental. El domingo será una demostración para cualquier golpista en Ecuador que piense en derrumbar a un presidente electo por el voto”, destacó.
Con esas palabras, y en sintonía con los demás líderes de Unasur, Lula avaló la versión oficial ecuatoriana sobre un intento de golpe de Estado. “Es mejor que las personas diverjan y discutan, pero un presidente electo debe ser respetado. Y Rafael Correa es un gran presidente“, insistió, durante una visita a un centro de rehabilitación para adictos en Sao Bernardo do Campo, estado de San Pablo.
Alrededor de 135 millones de ciudadanos brasileños podrán acudir este domingo a las urnas para escoger, en primera vuelta, a quien reemplazará a Luiz Inacio Lula Da Silva, el presidente más popular de la historia reciente de la potencia sudamericana.
Aunque la candidata oficialista Dilma Rousseff es clara favorita, en las horas previas a la apertura de los centros de votación todavía se apuesta si tendrá o no los votos suficientes para ser elegida, o si será necesaria una segunda vuelta, prevista para el 31 de octubre.
A pesar de que todavía falta para saber si la candidata oficialista será o no presidente de Brasil, el Palacio del Planalto en la capital del país ya comenzó con los preparativos de la fiesta de la victoria de la candidata del Partidos de los Trabajadores.
Según publica O Globo, ayer a las ocho de la noche, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (Brasilia) recibió un fax con un sello del Gabinete de Seguridad Institucional de la Presidencia de la República, en el que se pide refuerzos en la seguridad en el Planalto, donde se pretende festejar la victoria de Dilma Rousseff.