Los últimos sondeos demuestran que aumentó un 17% la motivación de los hispanos por participar de los comicios del 2 de noviembre. Para los especialistas, es el resultado adverso del pedido de los republicanos de no votar.
Los latinos tienen la posibilidad de evitar un arrollador triunfo de los candidatos republicanos en Estados Unidos en los comicios del 2 de noviembre, evidencian hoy llamados y acontecimientos en el país.
Luego de desplazar a los negros como la primera minoría, ese grupo se convirtió en una fuerza a considerar con cerca de siete millones de electores que votarán en unos comicios que se predicen muy reñidos.
En varias de las más competitivas contiendas para gobernador, representante a la Cámara o al Senado, el sufragio de ese sector podría decidir, indican comentaristas políticos.
Si el aumento de interés en los comicios se traduce efectivamente en votos, los candidatos demócratas serían los principales beneficiados ya que, según la encuesta, los hispanos prefieren a ese partido por un margen superior a los 40 puntos y su movilización sería clave en varias contiendas donde representan un porcentaje importante de la población, como Nevada, California, o Nuevo México.
Por ejemplo, en Nevada constituyen el 14 por ciento del electorado, en California el 25, el 18 en Arizona, el 13 en Colorado, el ocho en Illinois y el 11 por ciento en Florida, algo demostrativo de que su peso puede inclinar la balanza en batallas reñidas.
No obstante, incluso en otros estados como Pennsylvania o Nueva York, su voto podría ser decisivo si las contiendas son tan ajustadas que se resuelven por un sólo punto. Se calcula que, a nivel nacional, unos 12 millones de latinos votaron en las elecciones del 2008, lo que representó un 7,3% del electorado.
Entre los candidatos que tendrán una posición extrema destaca Sharron Angle, una impulsora de la mano dura contra la inmigración ilegal que quiere ser senadora por Nevada, y Carly Fiorina, quien corre por una banca en la cámara alta por California.
En ambos estados como en otros de buena presencia, el voto latino puede determinar sin importar los grandes gastos financieros que promueven sectores opuestos a los partidarios del presidente Obama, en una elecciones cuyo costo debe ascender a los dos mil millones de dólares, según indicó hoy el diario The Washington Post.