Casi 136 millones de electores brasileños están convocados hoy a las urnas para elegir al sucesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la segunda vuelta de unos comicios cuyos finalistas son la oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra.
La candidata del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) se perfila como clara favorita. Los últimos sondeos pronostican que Rousseff recibirá el 57 por ciento de los votos válidos, frente a un 44 por ciento de Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña.
Rousseff, ex ministra del Gabinete Civil, era conocida solo por el diez por ciento de los brasileños y sacó buen provecho del índice de popularidad récord de Lula, un 83 por ciento en vísperas de la elección, informó la agencia DPA.
Lula participó en decenas de actos políticos al lado de su ‘delfín’, apuntó a Rousseff como la “continuadora” de los programas sociales de su gobierno y protegió a su candidata del impacto del escándalo de tráfico de influencias en el Gabinete Civil y de los rumores según los cuales pretendía legalizar el aborto en Brasil.
En un intento de acortar distancias mediante la conquista del voto de los religiosos, Serra convirtió la polémica en torno al aborto en tema central de su campaña hacia la segunda ronda.
En su participación en la campaña de Rousseff, Lula expresó su confianza en la victoria de la candidata oficialista, “si Dios lo permite y si el pueblo lo quiere”.
El candidato opositor, Serra, acusó a Rousseff de no tener “ideas propias” y de limitarse a seguir las órdenes de Lula. “El presidente necesita tener ideas propias, historia y autonomía. No puede caminar bajo la sombra de nadie”, aseveró.
El nuevo presidente será conocido alrededor de las 22:00 horas (00:00 GMT), cuatro horas después del término de la votación, que comenzará a las 08:00 horas (10:00 GMT), según el Tribunal Superior Electoral (TSE).