El Ministerio del Interior francés cifra en más de 340.000 los manifestantes en el quinto día consecutivo de protestas contra la reforma de la ley de pensiones del presidente Nicolas Sarkozy, repartidos en 140 movilizaciones por todo el país.
Mientras, la ministra de Economía, Christine Lagarde, ha tenido que salir a hablar de los temores de una escasez de combustible, cuyo suministro está bloqueado por las protestas, asegurando que siempre queda la opción de echar mano de las reservas acumuladas.
El Senado francés votará la legislación el próximo miércoles, pero los sindicatos tienen previsto reunirse un día después para estudiar una futura línea de acción, a sabiendas de que más de la mitad de la población se opone a la reforma, según una encuesta de Ifop publicada por el diario ‘L’Humanité’. Un 57% de los franceses desea una reforma diferente a la que está debatiendo actualmente en el Senado frente a un 27 por ciento favorable a “proseguir el debate según la actual reforma propuesta. Una minoría del 16% aboga por no abordar reforma alguna.
Si bien las cifras de asistencia a mediodía (hora de Francia) proporcionadas por Interior son un poco más bajas que las de las manifestaciones del pasado martes (500.000 personas) y del pasado sábado 2 de octubre (380.000) a la misma hora, los sindicatos esperan una participación similar a la de principios de mes, cuando según sus cifras más de tres millones de personas salieron a las calles.