HABLEMOS DE SEXO CON ELLOS ¿Cómo reaccionaría si ve a su hija de once años besándose en la boca con el enamoradito de la misma edad? ¿Qué haría si encuentra a su hijo adolescente masturbándose en el dormitorio? Imagínese descubriendo una tira de preservativos en la mochila de su hija de 17. ¿Qué decirles sin asustarlos, sin ofenderlos, sin reprimirlos? Si no tiene una respuesta a la mano, la lectura de esta nota le será de utilidad.
Por Cynthia Campos
¿A qué edad cree usted, padre o madre de familia, que es adecuado empezar a hablar de sexo con los hijos? ¿A los cinco? ¿O a los doce años? Si eligió la segunda opción, qué equivocado que está. Lo peor es que podría estar errando las respuestas y ese vacío de información y orientación elemental podría volverlos reprimidos en el plano sexual, generarles sentimientos de culpa o, en el otro extremo, inducirlos a una sexualidad riesgosa, que los expone a enfermedades de transmisión sexual o a embarazos no deseados. No es eso lo que quiere para ellos, ¿verdad? Aquí algunos consejos de los expertos de la Alianza Sí Podemos, una institución que promueve una educación sexual integral desde la escuela, y que les habla a los chicos de la primera relación sexual, los anticonceptivos, la masturbación o la homosexualidad. Si ninguno de estos temas ha estado en su vocabulario en una conversación con su hijo o hija, tenga por seguro que él o ella está encontrando respuestas en el lugar menos indicado. Recuerde: la mejor fuente de información tiene que ser usted.
• La eterna pregunta: ¿a qué edad hablarles de sexo? Según Rocío Gutiérrez, de la ONG Manuela Ramos, la sexualidad nos acompaña desde la infancia. “La información debe darse desde que el niño empieza a preguntar. A los cuatro años ya preguntan ¿por qué los hombres orinan por allí y las mujeres por acá? A los cinco ¿por qué mamá tiene vagina y mi papá tiene pene? A los siete ya se cuestionan por qué mamá y papá tienen que dormir juntos, o por qué las personas se besan en las telenovelas.
Entonces, hay que hablarles siempre del tema y, por supuesto, dosificando la información como, por ejemplo, las diferencias corporales de ambos sexos”. Rodolfo Herrera, experto en educación sexual, advierte que huir de las preguntas de los niños solo les traerá más confusión y podría repercutir en su vida adulta, induciéndolos a sentir una falta de reconocimiento de sí mismos, creando problemas en sus relaciones interpersonales y de pareja. Hay que abordar el tema. Nada de “eso pregúntale a tu mamá” o “anda pregúntale a tu papá”.
• Sorprendí a mi hijo (a) masturbándose. La pesadilla de cualquier adolescente es estar masturbándose y que el padre o la madre abra la puerta y lo sorprenda. ¿Qué haría usted, padre o madre? ¿Le gritaría? ¿Le diría que eso no se hace? Error. Allí el del problema es usted. En principio, asegura Rocío Gutiérrez, porque debe reconocer que su hijo es un individuo con todo el derecho a tener privacidad y una vida íntima. En ese caso, ¿por qué usted abriría la puerta sin antes llamar? Pero dejémonos de jalones de orejas. Aquí va el consejo del profesor Rodolfo Herrera: “Lo que deberían hacer el padre o la madre es ofrecer disculpas por la irrupción en su privacidad y cerrar la puerta. Luego, debería preguntar a su hijo (a) si quiere hablar sobre el tema, el que debe ser abordado tranquilamente y sin prejuicios porque se trata de un acto natural”. Rocío Gutiérrez agrega: No se debe sancionar o reprimir. “Conozco generaciones de hombres que viven con la culpa por años. La masturbación es un acto de reconocimiento del propio cuerpo, ayuda a conocer qué nos gusta y qué no. Lo que sucede es que el sexo históricamente fue visto desde la perspectiva médica como una enfermedad, y desde la perspectiva eclesiástica como pecado. El sexo era solo para procrear. De allí el tabú de las vivencias sexuales solo por placer”.
• Mi hijo adolescente solo anda con chicos. ¿no será gay? El momento del enamoramiento y de la atracción sexual llega cuando debe llegar. Cada chico o chica tiene un desarrollo distinto, tiempos diferentes, afirma Rodolfo Herrera. En ese caso, si su hijo (a) solo sale con muchachos de su mismo sexo que son sus amigos, lo único que está haciendo es reafirmar sus lazos sociales con el grupo. Decirle, por ejemplo, “ya tienes 18 años, tienes que buscar una enamorada, por qué andas solo con chicos (o chicas)” es lo peor que podría hacer porque estaría incitando actividades que el joven aún no se siente listo para realizar, como tener enamorado (a). Y si el adolescente en realidad tiene una opción no heterosexual, lo único que logrará con ese comportamiento es que se reprima, que no se lo cuente y que no se acepte, con el sufrimiento que eso conlleva, asegura Herrera.
• ¿Debo darle anticonceptivos o preservativos a mi hijo (a)? Esta es la escena: su hija de 17 sale a una fiesta y en la puerta la madre le da un preservativo y se lo echa en la cartera. ¿Es eso correcto? Si usted quiere proteger la vida y el bienestar de su hija, por supuesto que sí, a decir del educador Herrera. Pero debe tener en cuenta una cosa: “Esto se hace cuando hay un alto grado de confianza entre madre e hija, e indica también que previamente han hablado del tema. Tampoco podemos darles un preservativo de buenas a primeras porque se sentirían vulnerados en su privacidad”. Está bien, quizá usted sea una madre o padre conservador. Jamás lo haría porque sería tanto como incitar a que su hija (o) tenga relaciones sexuales. Nuevamente está equivocado. “Ello no las incitará a que tengan relaciones porque también puede darse el caso –si se le ha brindado una buena información– de que la hija (o) le diga: No, mamá, gracias pero yo todavía no tengo necesidad de usarlos”, dice el experto. Recuerde: finalmente, será su hijo (a) y no usted quien decidirá si tiene o no relaciones sexuales, y en qué momento de su vida. La prevención debe empezar en casa porque hoy en el Perú es impensable que un adolescente vaya a una posta y pida preservativos. No se los dan por ser menor de edad. Tendría que ir con su padre o tutor, según la Ley General de Salud, lo que es casi imposible.
• ¿Cómo hablarle sobre ITS o VIH? Está probado que mientras más información confiable tengan los niños, niñas y adolescentes, mejor respuesta tendrán ante conductas sexuales de riesgo, afirma la especialista en Salud Sexual de Inppares Rocío Carrillo. “El problema es que muchas veces los propios padres tienen información errada o sesgada sobre ciertos aspectos, en este caso sobre las infecciones de transmisión sexual o el VIH. Antes de hablarles a sus hijos sobre el tema, los padres deben informarse, con datos científicos y sin tabúes. Entonces, así como se le debe hablar de sexo de forma natural, así también debe hablarse sobre las consecuencias y responsabilidades que el sexo conlleva: embarazos no deseados que derivan en abortos, o enfermedades. Si el padre no se siente en la capacidad de hablar al respecto por no contar con datos precisos, puede buscar apoyo en la escuela, en los maestros. “De nada va a servir, por ejemplo, que por evadir la pregunta sobre sexo o VIH el padre le diga al chico que busque la información en internet. ¿Sabe qué es lo primero que va a encontrar allí? Información equivocada: servicios sexuales, páginas pornográficas, preguntas y, lo peor, respuestas de otros adolescentes que están en la misma situación que él”, anota Carrillo.
Así que ya lo sabe. Usted es el padre o la madre y le corresponde brindar la información adecuada a su hijo o hija, sin sancionar, sin reprimir y sobre todo de la forma más natural para un tema tan natural y gratificante –pero también de responsabilidad– como es el despertar sexual. El sexo no es malo, tampoco pecado y quizá en su propia experiencia usted ha ido descubriéndolo. No evada las preguntas. No obligue a su hijo o hija a que lo aprendan por sus amigos o por internet. Lo primero que encontrará es una página pornográfica. Nosotros lo averiguamos por usted. Pero si quiere desengañarse, haga la prueba. Escriba “sexo” en el buscador y haga enter… ¿Lo ve?