Un suicida hizo estallar una bomba que mató a cinco soldados en una base militar rusa en Daguestán, en el Cáucaso Norte, una región que experimenta un aumento de la violencia por parte de grupos rebeldes que quieren proclamar un Estado islámico.
En el mismo ataque, que se produjo en la ciudad de Buinaksk, resultaron heridas 39 personas según la agencia Ria Novosti, que cita como fuente a un militar de alto rango.
Horas antes, el ministro regional encargado de asuntos religiosos y exteriores, Bekmurza Bekmurzayev, fue hospitalizado después de que una bomba colocada en su auto hiciera explosión. Su chofer murió a causa del estallido.
Daguestán, una región a orillas del mar Caspio, de composición étnica mixta, y mayoritariamente musulmana, ha superado en los últimos meses a las vecinas Ingushetia y Chechenia como la provincia más azotada por la violencia islamista, como informó el corresponsal de la BBC en Moscú, Tom Esslemont, quien señala que el Kremlin no está consiguiendo apaciguar la tensión.
Aunque las autoridades atribuyen la mayoría de los ataques a grupos islamistas radicales, parte de la violencia se debe al crimen organizada y a las disputas entre clanes rivales.
Los analistas consideran que la pobreza y la corrupción abonaron el terreno para el recrudecimiento de la violencia y ayudaron a que los islamistas recluten a jóvenes de la región.