Las violaciones en masa de más de 300 mujeres y niños en el Congo entre el 30 de julio y 2 de agosto fueron planeadas de manera sistemática, según se desprende de un informe del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas publicado hoy en Ginebra.
Los autores de los crímenes fueron al menos 200 combatientes de la milicia local Mai Mai Cheka, Rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Rwanda (FDLR) y los seguidores del coronel desertor Emmanuel Nsengiyumva.
Según afirma el informe, asaltaron 13 aldeas en la provincia congoleña de Kivu Norte. Entre las víctimas había 235 mujeres, 52 niñas, 13 hombres y tres niños. Además saquearon al menos 923 casas y 42 tiendas y después les prendieron fuego. Otras 116 personas fueron secuestradas y obligadas a realizar trabajos forzados.
Los rebeldes les tenían por simpatizantes de las fuerzas regulares del Ejército congoleño. Las violaciones en masa estaban dirigidas a “romper y humillar” a las víctimas.