Ingrid Betancourt, la ex candidata presidencial colombiana que permaneció secuestrada más de seis años por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), afirmó que no se alegró cuando se enteró de la muerte del guerrillero Jorge Briceño, Mono Jojoy, ocurrida la semana pasada.
Betancourt, de 48 años, fue secuestrada por las FARC en febrero de 2002 junto con su entonces asesora, Clara Rojas. Ambas fueron liberadas en 2008, en operaciones distintas. Rojas quedó libre en enero de ese año; Betancourt, en julio.
“No sentí satisfacción, sentí la necesidad de buscar en mi memoria (…) sentí alivio de no tener ese rencor” contra él, dijo este lunes en entrevista con Glenda Umaña para CNN.
La ex candidata, quien acaba de publicar el libro de memorias No hay silencio que no termine, respondió a las críticas en su contra por el proceso que inició en julio para exigir que el Estado colombiano la indemnizara con 6.5 millones de dólares por el tiempo que estuvo secuestrada.
“Lo que ha habido es una deformación de la realidad, eso es lo que a mí me duele más que cualquier otra cosa (…) En Colombia hay leyes que protegen a las víctimas del secuestro; no son leyes contra el Estado, sino que buscan una compensación”, señaló.
Según Betancourt, el gobierno colombiano —entonces dirigido por Álvaro Uribe— fue el que deformó su petición: “Lo que hicieron fue desconocer lo que nosotros para víctimas es importante, que reconozcan nuestro estatus de víctimas”.
“Retiré mi solicitud de compensación porque no quiero añadir a los odios que hay en Colombia, pero pienso que el país está enfermo pues no podemos discutir los temas sin apasionamiento (…) Una víctima necesita una compensación”, dijo.