Las cartas que envían los 33 mineros atrapados a 700 metros bajo el suelo del desierto norteño de Chile son, por lo general, optimistas. Pero el ministro de Salud, Jaime Mañalich, el máximo representante del Gobierno en la mina, teme que allá abajo alguno de los mineros se esté callando demasiadas cosas, haya escondido su abatimiento y se encuentre apático aunque le envíe a sus familias mensajes de ánimo. De hecho, algunos de ellos pidieron ayer por carta a sus familiares por carta que los saquen ya.
“Les hemos enviado una cámara. Primero, para que graben cuestiones técnicas de la mina: qué cantidad de agua entra, por dónde corre, por dónde fluye el aire. Y después, para que se graben ellos. Así veremos si hay alguien demasiado apático, que haya caído en el abatimiento. Además, les hemos pedido que se graben las lesiones de piel producto de la humedad. Y que graben mensajes para sus familias”.
Más adelante se les enviará películas, pero habrá que estudiar muy detenidamente qué tipo de películas, para que no les altere demasiado sus emociones. Casi todos son fumadores y han pedido tabaco. Pero, los médicos lo han prohibido. Y parches de nicotina, tampoco; porque les afectaría a la piel. Así que se les ofreció chicles de nicotina y ocho lo aceptaron.
El asesoramiento del equipo médico de la NASA especializado en situaciones extremas de aislamiento ha sido determinante para aumentar la hidratación en un lugar donde la temperatura mínima suele ser de 32 grados. “Ellos insistieron mucho en que les enviásemos más agua y previeron que habría problemas en la piel producto de la humedad. A partir del domingo vendrá un equipo de cuatro personas de la NASA. Nosotros nos estamos centrando ahora en hidratarlos bien. Esperamos que poco a poco vayan recuperando peso. Por lo que nos dicen, han debido perder unos diez kilos cada uno”.
Ya se les ha mandado una linterna a cada uno, cosa que han agradecido muchísimo. Y más adelante les llegará luces ambientales para reproducir las rutinas del día y la noche. Ahora, cada mensaje o muestra médica que envían ellos a través de los tubos tarda unos 12 minutos en llegar a la superficie. A partir del lunes o el martes, dispondrán de comunicación de voz permanente con el exterior.