Decenas de miles de personas se reunieron el dia de ayer en Washington frente al Lincoln Memorial para protestar por el supuesto deterioro de los valores nacionales y religiosos y contra la dirigencia política de Estados Unidos.
“Tenemos que restaurar Estados Unidos, debemos restaurar el honor de Estados Unidos”, arengó Sarah Palin, la ex candidata republicana a la vicepresidencia.
Si bien la manifestación ultraconservadora no estaba dirigida explícitamente contra el presidente estadounidense, Barack Obama, era innegable que tenía ese sentido. “Hoy América comienza a dirigirse otra vez a Dios”, proclamó el organizador de la protesta y moderador del canal de televisión Fox News, Glenn Beck.
Según la perspectiva de algunos comentaristas la protesta sirve como indicador de fuerza del movimiento conservador Tea Party, que hace más de un año se opone al gobierno. Sarah Palin es una de las figuras emblemáticas de la agrupación. Muchos de los miembros del movimiento esperan lograr una candidatura durante las elecciones legislativas del 2 de noviembre, en la que podría estar en juego la mayoría parlamentaria de Obama.
Simultáneamente se produjo una fuerte controversia sobre el lugar donde debía desarrollarse la manifestación. Los partidarios conservadores se reunieron frente al monumento conmemorativo a Abraham Lincoln, el decimosexto presidente estadounidense, el mismo lugar donde hace exactamente 47 años dio su famoso discurso “I have a dream” el asesinado activista en favor de una sociedad sin división de razas Martin Luther King.
Activistas de derechos humanos consideraron como una provocación la elección del lugar en el corazón de Washington. No obstante también hizo uso de la palabra frente al monumento a Abraham Lincoln una sobrina de Martin Luther King, Alveda King, quien consideró que en la actualidad la mala situación económica “refleja la pobreza moral de Estados Unidos”.
El propio Beck indicó que en verdad no se trató de un acto político. El lema de la manifestación es “Restoring Honor” (restaurar el honor) y se trata de respaldar a las tropas estadounidenses, así como a los tradicionales “valores americanos” y revalidar la fe en Dios, sostuvo.