La seguridad ciudadana es responsabilidad que no solo atañe a la Policía Nacional, sino a la sociedad en su conjunto, desde los padres de familia, pasando por los colegios, las universidades, los municipios, los medios de comunicación y, en general, todas las instituciones del país.
“Estamos abusando de una institución tutelar importantísima para la vida social en el país y no debemos maltratarla de esa manera”, dijo Cipriani, al señalar que no se puede pretender que el policía dirija fácilmente el tránsito si hay una superpoblación de vehículos.
Sostuvo que cuando un tema (como en el tema de la seguridad ciudadana) se pone de moda en estos días, “todos se hacen cómplices de la misma orquesta y se comienza a buscar culpables, pero poca gente mira en su interior”, manifestó.
“Y dicen ´yo no soy culpable, yo no mato, no soy asesino, no soy pandillero´. Pero me pregunto ¿te portas bien? ¿tú, padre de familia, educas en valores a tus hijos? ¿Los medios de comunicación procuran sembrar valores en sus programas?, indicó.
Durante la homilía que pronunció en la misa oficiada en la Catedral de Lima por el Día de Santa Rosa de Lima y de la Policía Nacional, el cardenal afirmó que no es una utopía contar con personas educadas, honestas y sinceras.
“Lo que es una utopía es pensar que habrá un desarrollo infinito con una sociedad hueca de valores, sin alma, eso es una utopía”, remarcó tras señalar que la mentira es el primer acto de violencia.
Anotó que la mentira y la violencia están íntimamente unidas y lamentó que hoy en día no se aplaude la verdad, la valentía, la sinceridad, la bondad, la honradez y la generosidad “porque nos hemos dejado llevar por la pseudo cultura del éxito, del poder, de la imagen y del abuso”.
El arzobispo de Lima se preguntó para qué medir tanta delincuencia en la sociedad, si el delincuente lo tenemos dentro y no tenemos el coraje de afrontar las cosas por su nombre, por la cultura de la finta, por quedar bien.
En ese sentido, invocó a la Policía Nacional que siga mirando en Santa Rosa el espíritu de servicio y que mantengan la vocación de darse a los demás.
“Todos esperamos con ilusión una mejora en la retribución para la familia policial, pero aún esperamos un resurgir de los valores”, subrayó.
Al oficio religioso que el cardenal concelebró con el obispo castrense Salvador Piñeiro, asistieron, entre otras autoridades, el ministro del Interior, Octavio Salazar; el director general de la PNP, general Miguel Hidalgo; el ministro de Defensa, Rafael Rey; el ministro de Salud, Oscar Ugarte; y el presidente del Congreso, César Zumaeta.