Jueves, 26 de Diciembre del 2024
La cultura ayacuchana ha sabido distinguirse por su talento en todas las áreas, desde su gastronomía y música variadas hasta su artesanía, cuya diversidad y calidad abordan todo tipo de soportes y contenidos, como lo demuestra una buena selección de esta calidad en la muestra El arte de Ayacucho.
La exposición se presenta en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano bajo su nueva línea de revalorar las piezas de acuerdo con su origen.
Curada por Rosaura Andazábal, pretende marcar un hito en su rubro, exhibiendo todas las disciplinas artísticas de Ayacucho en un solo espacio: retablos, tablas de Sarhua, cerámica, cruces, etcétera. Además, integra piezas de todas las épocas, desde las prehispánicas de la cultura Wari hasta la producción artesanal más reciente.
La curadora ha viajado a Ayacucho para apreciar lo que se hace en la actualidad. “He encontrado una línea de artesanos que conserva la tradición y otra de tipo comercial.
Pero ambas, básicamente, se erigen sobre el común denominador de las representaciones ayacuchanas: hablan de la vida cotidiana, el contexto social y la rica historia del pueblo ayacuchano”, afirma Andazábal.
Sobre esta unidad, también nos dice la curadora que “es imprescindible señalar que la cosmovisión tampoco ha cambiado, los trabajos siguen asociados a la veneración de las deidades, a la creencia en un tiempo cíclico, en un mundo de abajo, en un mundo de arriba”.
Las principales piezas expuestas han tenido su origen en los talleres familiares ayacuchanos que han desarrollado su arte con fines rituales, festivos, utilitarios, y con fines comerciales. Y los motivos representados han estado siempre ligados al devenir histórico.
En ese marco, la mirada de los imagineros huamanguinos frente al conflicto armado interno (1980-2000) no podía dejar de expresarse mediante sus producciones. Ahora, con una distancia crítica pertinente, podremos observar las piezas elaboradas en ese contexto.
