La autoridad fue la clave para que Federer deje sin chances al francés en el juego de semifinales. El Nº 1 de mundo no jugó ese tenis brillante que suele exponer en estas instancias, pero le bastó aprovechar las pocas ideas y la falta de seguridad de su rival para romperle los saques y de esta forma llevarse el partido, casi a ritmo de entrenamiento.
Solo una hora y media le bastó a la “perfección suiza” para noquear al “Ali” del tenis. El partido solo al inicio fue parejo, pero pronto Roger se dio cuenta de las debilidades de su oponente y las aprovechó al máximo hasta el final.
Roger Federer sabe lo que es ganar el Abierto de Australia, ya que en 2004, 2006 y 2007, levantó la copa en el Rod Laver. En 2009 también llegó a la final, pero la perdió a manos de Rafael Nadal. Ahora quiere vengar esa caída, pero tendrá en frente a un duro rival como Andy Murray.