La cantante estadounidense Madonna ha celebrado su 51 cumpleaños en la exclusiva localidad costera de Portofino (Italia) con una discreta fiesta, en la que estuvo rodeada de su familia y amigos más íntimos y en la que su hija mayor, María Lourdes, le cantó, sentada al piano, el Cumpleaños Feliz, ha informado La Repubblica.
Madonna se ha alojado en el lujoso hotel Splendido de la ribera ligur, que bordea el norte de Italia, donde reservó dieciséis habitaciones y, para ella, la suite presidencial con impresionantes vistas con un coste, según el diario, de 50.000 euros por noche.
A la fiesta asistieron los amigos de siempre, los modistos Domenico Dolce y Stefano Gabbana, que después la invitaron a una comida en su villa y un paseo en barco, la modelo británica Naomi Campbell y la actriz estadounidense Gwyneth Paltrow. Según el diario, en la fiesta se notó la ausencia del último compañero sentimental de la estrella, el modelo brasileño Jesús Luz, de 22 años.
Sus amigos y colaboradores brindaron con champán y estuvieron acompañados por música de violines, mientras sus hijos María Lourdes, Rocco, David Banda y Marcy James jugaban bajo la atenta mirada de dos niñeras. En la mesa se cenó al modo kosher, comida supervisada por rabinos para que cumpla las leyes judías, ya que Madonna sigue también el esoterismo gastronómico de la cábala.
El diario ha subrayado que el origen de la comida fue made in Italy, que ante el plato de la reina del pop sólo había agua mineral y que en la mesa nadie fumó. Tras una tarta de crema y fruta fresca con 51 velas, la primogénita María Lourdes, que cumplirá 13 años en octubre, se sentó ante el piano e interpretó un dulce Feliz Cumpleaños mamá, feliz cumpleaños, que fue recibido con aplausos, abrazos y besos.
Madonna voló en avión privado desde Varsovia a Portofino, situado cerca de Génova y donde ya estuvo en el año 2000. La cantante actuó el sábado en Varsovia ante 85.000 personas, que la felicitaron en directo con la versión polaca del feliz cumpleaños mientras levantaban al aire miles de corazones de papel blanco. En Portofino permanecerá hasta el martes, cuando viajará a Múnich (Alemania) para dar su próximo concierto de su gira Sticky & Sweet.