El Ejército mexicano ha iniciado hoy el despliegue de 2.500 soldados en el Estado de Michoacán en respuesta a los ataques del cartel de La Familia, que en los últimos días han dejado 15 policías muertos.
El Gobierno respondió con un no al inicio de diálogo por parte de los criminales de La Familia, que quería un armisticio en la batalla en el Estado natal del mandatario mexicano, Felipe Calderón.
El miércoles pasado, un sujeto que dijo ser Servando Gómez, alias La Tuta, llamó a un programa de televisión en Michoacán, pidió diálogo a Calderón y acusó a la policía de ser aliada de otros carteles. Más de ocho horas después el ministro del Interior, Fernando Gómez Mont, descartó cualquier rendija de diálogo. El propio ministro anunció que Michoacán sería sitiado.
La batalla entre la policía y el cartel surgió cuando los narcos se cobraron la detención de Arnoldo Rueda, alias La Minsa, con el ataque más contundente sufrido por la policía en su historia reciente: asesinaron a 12 elementos de élite de la Policía Federal.