La guerrilla talibán ha lanzado esta mañana dos ataques suicidas contra edificios oficiales en el este de Afganistán. Dos grupos de talibanes han atacado los instalaciones públicas de la ciudad de Gardez, en la provincia oriental de Paktia, y una base militar en Jalalabad. En los atentados han muerto al menos ocho insurgentes y cinco policías, según fuentes oficiales.
Los talibanes, que en las últimas semanas han intensificado los ataques contra las fuerzas militares extranjeras en el país, han reivindicado las acciones, en las que han participado 15 kamikazes. En el ataque en Gardez, al menos dos de los asaltantes iban vestidos con el burqa, la vestimenta tradicional que cubre todo el cuerpo, incluso la cara, impuesta durante el régimen talibán a las mujeres afganas. “Uno de los kamikazes se ha hecho estallar delante de la sede local de la Dirección de la seguridad nacional, matando a tres agentes. Los otros asaltantes han sido abatidos por las fuerzas de seguridad”, ha declarado un portavoz de la provincia de Paktia a France Presse. Siempre en la provincia, los talibanes han secuestrado hoy a 13 trabajadores de una empresa de construcción.
En Jalalabad, el otro escenario de la ofensiva talibán de esta mañana, se ha producido un tiroteo entre la policía local y dos hombres armados, muertos a tiros mientras intentaban introducirse en el aeropuerto, donde se encuentra la base de las fuerzas extranjeras y afganas.
La dinámica de los dos ataques recuerda la de otros recientes asaltos organizados por los talibanes en la misma provincia de Paktia y en la capital del país, Kabul. Los atentados han aumentado de intensidad desde que miles de soldados estadounidenses y británicos lanzaron a principios de julio en la provincia de Helmand la mayor ofensiva militar desde 2001.