La policía iraní ha dispersado hoy con gases lacrimógenos una manifestación de unos trescientos estudiantes que se dirigía a la Universidad de Teherán para conmemorar el décimo aniversario del ataque de las milicias basiyís al citado centro. En otro lugar de la ciudad, tres mil estudiantes reformistas lograron marchar hacia la Universidad de Teherán, pero fueron dispersados también por la policía y los milicianos, quienes lanzaron tiros al aire.
El jefe de la policía, Esmail Ahmadi-Moghaddam, declaró a la agencia Reuters que la manifestación no estaba autorizada y por tanto debía ser fuertemente reprimida.
Todas las manifestaciones han sido prohibidas desde la celebración de las elecciones del pasado 12 de junio, calificadas como un fraude por la oposición. Desde aquel día, al menos 17 personas han muerto en las diversas protestas contra los resultados electorales. El pasado martes, el presidente Mahmud Ahmadineyad calificó las elecciones como las “más libres del mundo”.
A pesar de todas las advertencias policiales y de que decenas de milicianos patrullaban montados en motocicletas en los alrededores de las calles donde se desarrollaban las protestas, miles de estudiantes desafiaron al Gobierno.