La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha ofrecido este lunes una multitudinaria rueda de prensa en Buenos Aires en la que ha analizado la inesperada derrota elecotral del peronismo oficialista que lideraba hasta hoy su marido y ex presidente Néstor Kirchner. Además de minimizar los adversos resultados, que despojan de mayoría a su partido en el Congreso argentino en el ecuador de la legislatura, Fernández ha descartado cualquier cambio en su Gobierno. “No encuentro ninguna razón para cambiar el Gabinete por los resultados electorales”, ha dicho.
La presidenta ha comparecido ante los medios de comunicación a las 5.30 de la tarde (hora local) para intentar minimizar los daños, transmitir una imagen de tranquilidad y asegurar que la gobernabilidad estaba garantizada en el Parlamento, porque el grupo justicialista podrá contar con el apoyo de diputados y senadores aliados.
Horas antes, su marido Néstor Kirchner ha renunciado como líder del gobernante Partido Justicialista (PJ peronista) tras la derrota oficialista en las elecciones legislativas del domingo.
Ésta ha sido la primera consecuencia de la derrota sin paliativos que sufrió en las elecciones del domingo y que obligará también a la presidenta, Cristina Fernández, a plantearse un giro en su política. Los Kirchner no sólo han perdido la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado, sino que han perdido el control en la decisiva provincia de Buenos Aires, una derrota humillante que debilita el poder de los Kirchner en el peronismo oficialista y deja abierta la puerta a la búsqueda de otros candidatos para las elecciones de 2011. Cristina Fernández debe hacer frente a los dos años y medio que le quedan de mandato en unas condiciones políticas difíciles, que exigirán mucha negociación, algo a lo que la pareja presidencial no esta acostumbrada.
El ex presidente Néstor Kirchner no reconoció su derrota hasta las 2.15 de la madrugada argentina. Hasta ese momento, siguió el apretado recuento en Buenos Aires encerrado en una habitación de hotel y acompañado por la presidenta. A esa hora hizo acto de presencia ante sus deprimidos seguidores, para admitir una derrota “mínima”, prometer que será “alternativa en 2011” y asegurar que va a “profundizar la gobernabilidad”, lo que se interpretó como anuncio de cambios.
Cristina Fernández ganó las elecciones presidenciales hace 20 meses con un 45% de los votos, pero los resultados de ayer dan testimonio de una bajada brutal de respaldo que, sin duda, habrá afectado a su estado de ánimo.
La derrota de los Kirchner fue abultada: perdieron la provincia de Buenos Aires por sólo dos puntos (32,1% a 34,5%) frente al peronista disidente Francisco de Narváez, pero fueron arrasados en Capital Federal, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Entre Ríos. Incluso fueron derrotados en la provincia pingüina de Santa Cruz, cuna del propio Néstor Kirchner.
Los resultados demuestran una recuperación importante de los radicales, que acudieron unidos en el Acuerdo Cívico y Social y que siguen siendo la segunda fuerza parlamentaria del país, aunque han sufrido un cierto descalabro en la Capital Federal, donde fueron desplazados de la segunda plaza por un candidato de izquierda, el director de cine Fernando Pino Solanas.
Con todo, Elisa Carrió, tercera en la lista, consigue un escaño. Uno de los datos más importantes en este sector es la gran victoria de Julio Cobos en la provincia de Mendoza. El vicepresidente ?que apoyó a los Kirchner pero que ahora ha vuelto a aliarse con la Unión Cívica Radical? se apuntó la victoria de su candidato, por más del 50% de los votos.
En el sector de Unión PRO, los magníficos resultados de Narváez deben correr por su propia cuenta. Narváez hizo una campaña muy personal, financiada con su propio dinero, y podría aspirar a relevar a Néstor Kirchner al frente del Partido Justicialista o a ser el próximo gobernador de la provincia de Buenos Aires (el actual, Daniel Scioli, que aceptó ir como número dos en las listas de Kirchner, ha quedado tocado). Narváez, de 56 años, nació en Colombia y en teoría no puede concurrir a las presidenciales de 2011, aunque ya hay voces que piden que los tribunales acepten una interpretación más laxa del artículo de la Constitución que lo prohíbe.
En cualquier caso, el discurso más presidencial de la noche fue el del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri. En cuanto se supieron los resultados de su mano derecha, la conservadora Gabriela Michetti, que logró una cómoda victoria en la capital, y el éxito de Unión PRO en la provincia, los seguidores de Macri empezaron a cantar “Se siente, se siente, Mauricio presidente”, e incluso aparecieron camisetas con ese lema.
La imagen de Macri, empresario, ex presidente del Boca Juniors, puede llevar a los peronistas disidentes a preferir otro candidato que sea del aparato. Ese puesto lo ocuparía el senador por Santa Fe Carlos Reutemann, que revalidó su banca, en dura competencia con el socialista Rubén Giustiniani, apoyado por el gobernador Hermes Binner, que sale algo debilitado de los comicios.
Los resultados electorales anuncian una difícil gobernabilidad en los próximos meses. La magnitud de la derrota hace suponer que los Kirchner “tomarán nota”, aunque la impresión que dio ayer la presidenta fue de que se tomará un tiempo antes de introducir cambios. La oposición reclama, entre otras cosas, el relevo de algunos ministros y de la dirección del instituto responsable de las estadísticas oficiales (INDEC).
La primera ministra que ha anunciado su renuncia es la titular de Sanidad, Graciela Ocaña, en mitad de una fuerte epidemia de gripe A y sin que se hayan aceptado sus consejos de declarar la emergencia sanitaria.